Pocas cosas cura el silencio
Hay que encender una luz en la oscuridad Buen martes para los que están cerca. Buen martes para los que están lejos: No me equivoco si digo que es importante estar acompañado en medio de la debilidad. Y es que no siempre podremos mantenernos fuertes y erguidos. Y es que no todos los días la soledad es deseada. Asi que cuando llegan las horas de fragilidad no bastará con la aceptación sino que nos tendremos que dar permiso para hablar de ella y sacarla a la luz. Donde le pueda dar el sol. Como si fuera una sábana recién lavada. Las costumbres familiares y las tradiciones eclesiales nos han musitado al oído, por mucho tiempo, que la pena ha de permanecer oculta, y no sólo para los foranos sino para los que decimos apreciar. Pero esto es contraproducente. Los cristianos, cuando nos sentimos desamparados, deberíamos darnos permiso para acercarnos a quien confiamos y decirle sin pelos en la lengua: ¿Puedes acompañarme? La realidad nuestra es q
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