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Mostrando entradas de abril, 2022

Una madre sin hijos. Una mujer sin esposo

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                                        1. Lectura de Rut 1, 6-22 2. Introducción. a.      Cuando Noemí decide partir ocurre un imprevisto que provoca un diálogo, las dos nueras marchan con ella a la tierra de Judá. Esta acción es sorprendente dado que estas dos mujeres no son originarias de esta tierra y no han venido de allí. b.     Sin embargo no es esta la razón por la que Noemí intenta que no la acompañen. Ver v.8. 3. Estructura de la escena central. a.      La escena esta limitada por una inclusión: el narrador nos indica que Noemí comienza primero a hablar, v.8ª y deja de hacerlo en v.18. estas indicaciones están enmarcadas por los relatos del viaje que se complementan. Si vemos la salida comienza en el v.7 y la llegada se nos comunica en el v. 19ª. b.     Es durante esta salida y la llegada que el narrador hace sus intervenciones. Y a la vez donde las mujeres tienen sus conversaciones. Pero es en medio de estos diálogos donde se dan las lágrimas y los beso

Hoy quiero decir algunas cosas sobre la sal

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                        Durante los últimos días del invierno comencé a levantar pesas otra vez. En realidad levantar pesas no es un castigo. Lo verdaderamente arduo durante estas jornadas han sido las comidas sin carbohidratos, las pechugas sin sal y los postres sin azúcar. Otro día hablaré sobre los postes. Hoy quiero decir algunas cosas sobre la sal. Para Khalil Gibran, el poeta, la sal era algo extrañamente sagrado, pues estaba tanto en nuestras lágrimas como en las aguas del mar. Pero la sal es también algo muy profano: le da sabor a nuestras comidas aunque la mayoría de las veces no está visible. La sentimos, pero no la vemos. La sal, podríamos decir ahora, que es una de esas pequeñas cosas de la vida. Conserva, purifica y sazona. Pero a los discípulos nos gustan las cosas grandes no las pequeñas. Optamos más por el poder que por el servicio. Nos sentimos más cómodos con las riquezas que con la pobreza. Y estamos dispuestos a ir a la guerra por mantener el control, las tradi

La parte oculta de un iceberg

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                              Querida iglesia: Hemos aprendido a mirar con lupa al mundo exterior. A mirar a otras personas con microscópio, pero no sabemos mirarnos a nosotros mismos. Las personas que queremos nos pueden engañar. Nos pueden engañar los extraños con los que nos tropezamos un día. Pero no hay peor engaño que aquel que cometemos contra nosotros mismos. Si, a veces preferimos permanecer escondidos en la cómoda y distorsionada ilusión que creemos lo que es nuestra vida. Es posible que algo no sea cierto en nuestra vidas, pero nos hemos acostumbrado a ello con los años. A veces hace falta mucho valor y algunas herramientas para atrevernos a mirar nuestra vida como realmente es. Para mirar lo que está debajo de la superficie. Para escarbar debajo de nuestras apariencias y costumbres. Sólo los que tienen una fe madura y unas emociones equilibradas podrán hacerlo. El relato bíblico de esta mañana comienza con algo bonito. Algo agradable. El Sr. Dios quiere dar un pase

Las desgracias nunca llegan solas

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                                      I. Lectura de Rut 1 y 2 II. Una historia que comienza con una tragedia . a.      Los eventos del libro de Rut ocurren durante la fiesta de la siega de cebada en la que se celebraba el vínculo entre la bendición de Dios y el trabajo del ser humano. b.     El origen del festival se encuentra en dos pasajes de la Torá: Guardarás la fiesta de la siega de los primeros frutos de tus labores, de lo que siembres en el campo.                                                                           Éx 23:16 Entonces celebrarás la fiesta de las semanas al Señor tu Dios con el tributo de una ofrenda voluntaria de tu mano, la cual darás según el Señor tu Dios te haya bendecido . Y te alegrarás delante del Señor tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que habita en tus ciudades, y el forastero, el huérfano y la viuda que están en medio de ti, en el lugar donde el Señor tu Dios escoja para poner allí su nombre. Y te acordar

También lloramos cuando cortamos cebollas

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                              Pensando en voz alta No sólo lloramos cuando nacemos. También lloramos cuando cortamos cebollas. Y lloramos cuando no podemos expresar con palabras un determinado estado emocional. A los niños no les importa llorar en público, pero la mayoría de los adultos nos hemos acostumbrado a llorar cuando nadie nos ve. Cuando estamos solos. Porque nuestra cultura no soporta las lágrimas. Las pérdidas y las incertidumbres hacen llorar a los discípulos. Tú y yo lloramos también. Y es que la vida no es como nosotros nos imaginamos que era. O como nos profetizaron que sería. Si, los discípulos también estamos desnudos frente al dolor y al fracaso. Y las espinas que se nos enredan al andar por los caminos nos laceran la piel y nos producen un nudo en la garganta y es entonces algo salado y húmedo rueda cuesta abajo por nuestras mejillas buscando la tierra. Muchas veces los discípulos llorarán porque no pueden orar. Porque no logran tener el control. Porque la realidad

El que más sirve es el más importante

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                                    Pensando en voz alta Hoy quiero comenzar el día con una pregunta. Hoy quiero encontrar una respuesta. Hay personas que nos tocan el corazón. Hay personas que han dejado su huella en nosotros como si fuera una marca con un hierro candente. Son ellas y ellos los que nos han inspirado a levantarnos cuando estábamos caídos y a seguir por el camino aun bajo nubes grises de tormenta. Hay personas que llegan a nuestra vida cuando ya no las esperábamos. Cuando no las buscábamos. Cuando nuestras expectativas estaban anuladas. Y por qué no decirlo: llegaron cuando nuestras mentes y nuestros corazones estaban tranquilos. Y entonces nuestro mundo cambió. Los cristianos creemos que Jesús toca nuestro corazón. Que Jesús nos inspira. Jesús   toma la iniciativa de lavar los pies a los discípulos cuando estos lo han olvidado.   Todos han visto el lebrillo con agua y la toalla a la entrada del aposento alto, pero nadie se ofreció a dar el primer paso. Y es que

¿De quién habla el libro de Rut?

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                            I. Lectura de Rut 1, 6-18   II. Noemí   a.      El personaje que más aparece en el relato es sin duda Noemí. Esta desde la primera línea hasta la última. Los demás personajes giran entorno a ella. b.     En principio es Noemí, quien dada la situación, comienza el camino de regreso a Belén. Es ella quien sostendrá al final del relato al hijo de Rut. Pero a pesar de ser la que centraliza las acciones su presencia es más bien discreta. Propicia las reacciones muy diferentes entre Rut y Orfa. Y está presente en el primer encuentro con Boaz. c.      Pero hay otra manera de ver a la figura de Noemí. Su personaje es eclipsado por Rut en relación con los demás actores del relato. d.     Es interesante como todo el relato está dispuesto de tal manera que el lector está viendo los acontecimientos a través de los ojos de Noemí. Cosa que no ocurre con los demás personajes en los momentos de más dramatismo. e.      Es por lo que está escuchando Noemí que

Tú y yo hemos sido perdonados

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                            Pensando en voz alta Cuando Jesús nos llama, a ti y a mí,   por nuestros nombres ya nada podrá ser igual. Hay personas que pretenden encontrar la comodidad en cada esquina de la ciudad. Como si estar cómodo fuera sinónimo de estar feliz. Asi que tenemos muchos hombres y mujeres dedicando muchas energías y mucho tiempo a sentirse cómodos, pero en realidad acaban siendo infelices. Muy infelices. Hay otras personas que no buscan la comodidad, porque sencillamente saben que ella viene y va. Estos últimos son los que son capaces de levantarse, de dejar lo que están haciendo y de comenzar a cambiar su existencia. De ellos se dice que son los que disfrutan del don de la vida. Cuando Jesús nos llama por nuestros nombres podemos responder de dos maneras. Podemos decir: ¡ No me molestes que yo estoy bien aquí! O podemos levantarnos y dejarlo todo. La segunda respuesta implica compromiso y confianza. Confianza y compromiso. Acciones poco comunes en nuestra cult

La primera piedra

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                                      ¿Alguien ha traído una piedra como les pedí el domingo anterior? Nos ha dicho muchas veces que la vida cristiana es una seria de nuevos comienzos; pero muchos de nosotros no lo creemos. O ya lo hemos olvidado. Los primeros cristianos creían que Jesús era el Dios de las segundas oportunidades. El cual está dispuesto a hacer todo lo que esté a su alcance para reconstruir nuestra vida, pero muchos de nosotros nos empecinamos, una y otra vez, en ser nosotros mismos quienes hagamos los cambios. Somos adictos a la autonomía. Al autocontrol. La historia relatada en este capítulo nos unica delante de algunas enseñanzas o principios referentes al concepto que atesoramosa sobre la salvación y nos dice sin medias tintas como el Sr. Dios lejos de querer condenarnos está dispuesto a brindarnos una nueva oportunidad. También a tí y a mi. Hay mujer mujer pecadora delante de nosotros. El capítulo ocho de este peculiar evangelio nos narra una historia rel

Todos nos hemos ido lejos alguna vez

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                                      I.                     Lectura de Rut: 1, 1-5  II. Mirando desde lo alto   a.           En general la organización del libro de Rut es bastante simple. Todo lo que acontece en el relato tiene una correlación. La Introducción es una crónica familiar, donde se nos narra de manera sintetizada el matrimonio de Rut y las desdichas familiares. El final del libro es otro cuadro de familia. Hay un nuevo matrimonio de Rut. Un nacimiento y una reanudación de las generaciones. b.          Si la obra fuese una obra teatralizada la primera escena sería el regreso a Judá de Noemí y Rut. Y es aquí donde encontramos una conversación donde Rut pretende unirse a Noemí   con una fidelidad que va más allá de lo necesario, mientras que Orfa, la otra nuera, renuncia a abandonar su tierra para permanecer con su pueblo. c.           A pesar del requisito legal que existe en el fondo de la cuestión, tanto en el caso de Rut, como de Boaz, hay un exceso de fidelida