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Mostrando entradas de mayo, 2023

Nunca

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                  Hay que encender una luz en la oscuridad Ni para ti ni a mi es sencillo aceptar las pérdidas. Y por eso lloramos. Ni para ti ni para mi es fácil renunciar a nuestros apegos. Y no es fácil porque entre otras cosas no nos han enseñado a renunciar a nada ni a nadie. Ni para ti ni para mi renunciar es una situación satisfactoria. En realidad nos cuesta renunciar a un trabajo que nos esclaviza, a las amistades que son por compromiso, a los planes de estudios que no son creativos, a almacenar todo tipo de enseres que nunca utilizamos y a las creencias distorsionadas que hemos ido coleccionando con los años en nuestra vida de fe. Ni a ti ni a mi nos han educado en la toma de decisiones difíciles. Y es que cuando deseamos emprender un nuevo camino nos damos cuenta que no podemos llevar todo lo que deseamos o creemos necesario en nuestras mochilas y entonces es que entendemos, con dolor del corazón, que algo tendremos que dejar atrás para poder seguir. Y ese dejar atrá

¿Quién nos dirá palabras para que abramos los ojos?

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Hay qu e encender una luz en la oscuridad Hoy quiero compartir algunas ideas sobre el valor de las palabras. De nuestras palabras. Vivimos en un mundo donde las palabras han dejado de tener importancia. Pero estamos rodeados de ellas desde que sale el sol hasta que se pone. Las palabras están en todos los sitios. Nos dan informaciones inmediatas, pero nosotros seguimos sin saber cómo vivir, cómo enfrentar el dolor y la mayoría de las veces sin saber a dónde queremos marchar. Si una palabra está vinculada a la experiencia de la fe esa palabra es confiar. Pero confiar nos cuesta. Y mucho Los discípulos que caminan hacía Emaus tienen los ojos velados. Pero ahora en el camino no hay dos, sino tres personas. Y cuando el desconocido pregunta sobre el tema de la conversación la sorpresa y la irritación son inevitables: ¿Eres tú el único que no sabe lo que ha ocurrido en Jerusalén? Los discípulos que caminan a Emaus necesitan compartir sus pérdidas con alguien. Y lo hacen con un descon

La vida no es como me habían prometido

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Hay que encender una luz en la oscuridad Hay problemas que nos asedian. Hay dolores que tocan a la puerta. Hay pérdidas que nos acompañan como si fueran un animal de compañía. Y la mayoría de las veces no sabemos qué hacer con ellas. Dos discípulos caminan solos. Saben que han perdido algo que les era muy querido. Su Maestro. Están tan hundidos en la tristeza que no pueden ver quien se acerca a ellos en medio del camino. Si, hay caminos que realizamos sin mirar hacia los lados. Y es que dura tan poco el amor y es tan durable el dolor. También nosotros emprendemos viajes sin esperar compañía. Sin esperar preguntas. Cuando los discípulos somos zarandeados por las pérdidas un día si y otro también es muy fácil arribar a las costas de la desilusión, de la ira, de la amargura y del resentimiento. Es muy fácil. Y entonces pronunciamos esas palabras que son como una sentencia: la vida no es como me habían prometido. Hay días que me pregunto cómo sería mi vida sin tantas cicatrices. ¿t

Palabras ásperas

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                            Hay que encender una luz en la oscuridad Hay días que no nos gustan los silencios. Hay días que no nos gusta lo que Jesús dice. Y es que las palabras de Jesús se nos tornan duras. Ásperas. Algunos hombres y algunas mujeres tienen la creencia que han heredado la fe como se hereda una casa o un campo con olivos. Pero la fe no se hereda. Ha de ser recibida. En realidad cuando confesamos a Jesús como nuestro Salvador, el Sr. Dios nos adopta y entonces entramos a formar parte de otro modelo de familia. Una familia que demandará lealtad aun en medio de la tormenta. Algunos hombres y algunas mujeres albergan la creencia de que el discipulado es un camino de baldosas amarillas adornado con jardineras. Pero el discipulado es sobre todas las cosas desechar patrones de incredulidad y conformismo. Y es en este nuevo camino donde los discípulos escuchan, aprenden y crecen. Donde dejan de comportarse como niños. Y es que nadie puede desarrollarse escondidos entre cu

¿Y ahora qué hacemos?

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                                      I. Leer Proverbios 8, 32-36 II. Y ahora. V.32   a.      Los últimos versículos vienen introducidos por un y ahora, que marca un giro importante en la estructura del discurso. Tras una exposición se vuelve a la exhortación. A la interpelación. A la toma de decisión. b.     La Sabiduría se dirige a los hijos y a los hombres. Que son a fin de cuentas especies de anzuelos para atrapar a los oyentes. Porque el tema principal de estos versículos es precisamente la escucha. Demanda que se repetirá tres veces. vv.32, 33, 34. c.      Escuchar es lo que se espera de los discípulos, por parte del que enseña. Escuchar permite asimilar la educación propuesta por el maestro. Pero este no es un tema nuevo. Es el tema de los vv. 6-10. d.     ¿Qué entendemos nosotros por escuchar ? Es, sin duda, algo más que oír. Es cuando el oyente mantiene la atención en el mensaje y puede elaborar juicios reflexivos. A este proceso se le llama escucha activa. Y tiene

A veces nos vamos lejos. Muy lejos.

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                Hay que encender una luz en la oscuridad Y llega Mayo con viento a la ciudad. Podemos estar ciegos para lo que está delante de nuestros ojos, y ciegos además para admitir que no podemos ver. La primera ceguera puede tener cura. La segunda requiere una confesión. Hay dos discípulos que caminan solos hacia Emaus y saben que han perdido algo muy querido. Pero el dolor de la pérdida no les permite ver quien se acerca a ellos. Y así es como realizan el viaje. A ciegas. También nosotros emprendemos   viajes cotidianos decidiendo quien nos acompaña: o el resentimiento o la gratitud. Pero lo cierto es que la mayoría de la gente opta por el primero. Hay dos discípulos que caminan recordando a su Maestro. Ellos habían dejado todo para seguirle. Él que les había cambiado las vidas e interrumpido sus rutinas; pero ya no está más. Él había hecho todas las cosas nuevas; pero ahora está muerto. Hay dos discípulos que se sienten perdidos e intentan regresar a casa para empe