Y viven sin miedos
Pensando en voz alta
Vivimos en una sociedad que da por hecho que los hombres y
las mujeres tenemos todas las respuestas al alcance de las manos. Y como
hemos sido domesticados por la cultura, ante una interrogante lo que solemos hacer
es mirar hacia otro lado. Como si los cuestionamientos no estuviesen frente a
nosotros. Pero la realidad es muy distinta. La mayoría de las veces andamos
llenos de dudas, de cuestionamientos, de falta de entendimiento.
Los discípulos no sólo son los que están dispuestos a
aprender, sino que son los que cuando tienen una interrogante le preguntan al
Maestro. Los discípulos han de poner a un lado, como si de una piedra pesada se
tratase, la pena o la vergüenza y aferrarse a la búsqueda del conocimiento. Los
discípulos son los que se proponen el discernimiento, la cultura y la sabiduría.
Jesús sabe que en los discípulos el trigo y la maleza crecen
juntos. Sabe que en nosotros hay fortalezas y debilidades. Que en nuestros corazones
cohabitan las fallas y las bondades. Jesús mira a los discípulos como lo hace
el Sr. Dios, de manera completa. De la cabeza a los pies.
Jesús es la imagen visible del Dios invisible. Por eso les
muestra las fotos más reciente que atesora del Sr. Dios. La de un padre que
espera al hijo que se fue de casa y mira al horizonte. Nosotros fuimos ese hijo. Pero ahora,
nosotros sabemos lo que es la compasión, lo que significa la misericordia, lo
que conlleva el no hacer acepción de personas. Nosotros hemos experimentado la
gracia.
Los discípulos que viven en la gracia se dan permiso para
hacer preguntas. Y viven sin miedos.
Mateo 13: 36-43
Después de esto, Jesús se despidió de la gente y entró
en casa. Sus discípulos se le acercaron y le dijeron: Explícanos lo que
significa la parábola de la cizaña en el campo. Él les respondió: El labrador que siembra la
buena semilla es el Hijo del hombre, y el campo es el mundo. La buena semilla representa
a los que pertenecen al Reino, y la cizaña representa a los que pertenecen al
diablo. El
enemigo del dueño, aquel que sembró la cizaña, es el diablo; la siega
representa el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. Del mismo modo que se recoge la
cizaña y se hace una hoguera con ella, así sucederá al fin del mundo.
El Hijo del hombre enviará
entonces a sus ángeles, y ellos recogerán de su reino a todos los que son causa
de pecado y a los que hacen el mal, y los arrojarán al horno encendido, donde llorarán y les
rechinarán los dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de
su Padre. Quien pueda entender esto, que lo entienda.
Oración
Señor y Dios:
Allí donde existe vida,
hay siempre esperanza.
Nosotros creemos en el triunfo del bien sobre el mal.
Nosotros creemos que la última victoria será la del amor.
Esta es nuestra fe
esto lo hemos aprendido de Jesús.
A quien nosotros esperamos. Amén.
Gracias porque aumenta mi Esperanza de que nuestro Dios nos guarda en sus manos y da las fuerzas necesarias a sus siervos que cuidan de su rebaño.
ResponderEliminar