La compasión como estilo de vida


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hay que encender una luz en la oscuridad.

Buen martes para los que me pueden escuchar desde lejos. Buen martes para los que están cerca. Cada día es un regalo, pero usted y yo lo hemos olvidado.

Las apariencias nos engañan, Y nos engañan mucho. Pero hay días que los discípulos lo olvidamos y nos dejamos llevar por lo que tenemos delante de nuestros ojos. Vivimos un tiempo donde la imagen es importante. Más importante que las palabras. Pero no se trata de una moda nueva, sino que es una moda antigua que dura muchos siglos.

Los discípulos pueden ver desde la distancia a los fariseos y a los escribas. Desde afuera, el comportamiento de ellos es impecable y correcto; pero Jesús les advierte que, en el interior de sus corazones, donde nadie los ve, a estos religiosos les falta misericordia. Y es que están inundados de egoísmos y autocomplacencia. Han hecho de la religión un sistema de cargas arduas de llevar, un programa para controlar a los hombres y a las mujeres.

Los discípulos se han de preguntar entonces cual es el verdadero espíritu del evangelio. Pero Jesús no cree en las prisas. No les responderá de manera inmediata. Jesús sabe que aprendemos más por lo que vemos hacer que por lo que escuchamos. Y por ello Jesús actúa. Los discípulos tardarán días en comprender que el espíritu del Evangelio no es otra cosa que hacer uso del amor cotidianamente, que es la puesta en práctica de la integridad, que será convertir la compasión en un estilo de vida.

Usted y yo necesitamos personas que nos pongan un poco de luz donde hay tanta oscuridad. Personas que como Jesús vean el mal y le llamen por su nombre. Usted y yo precisamos de personas que como Jesús practiquen la sanidad y el perdón los pecados de aquellos que los fariseos de nuestros días se apresuran en emitir juicio, apuntar y abrir fuego.

Las apariencias nos pueden engañar, pero los santos de estos días se reconocen porque están más pendientes de lo que atesoran sus corazones que por la suciedad de las manos.

Lectura del evangelio de Mateo 23: 23-26

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad. Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera!

¿Quién me acompañará en la oración? ¿Quién?

Señor y Dios: Ahora que comienza el día limpia el interior de nuestros corazones porque de allí salen nuestras palabras y nuestros hechos.   Espíritu Santo limpia nuestros corazones para que haya espacio para el amor y la gracia. A Jesús nosotros esperamos y escuchamos. Amén. Augusto G. Milián

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