¿A quién le muestro mi fragilidad?
Hay que encender una luz en la oscuridad Buen martes para los que me escuchan desde lejos. Buen martes para los que escuchan desde cerca. Cada día es un regalo, pero a usted y a mí se nos olvida. El otoño llega sin mucho ruido a Zaragoza. Pero la senescencia está entre nosotros. Basta con salir a Parque Grande y ver los árboles. Algunas personas me han escrito preguntándome sobre la relación que se puede establecer entre la dependencia y la amistad, entre el dolor y la compañía. Hoy quiero compartir algunas ideas a partir del texto de la curación del hombre paralítico que describe el evangelio de Marcos. La enfermedad y el dolor nos hacen dependientes. Y esto no lo podemos esconder. Y esto atenta contra nuestro propio orgullo. La parálisis, del cuerpo y del alma, nos hacen vulnerables. Y cuando necesitamos que alguien nos tome de la mano para avanzar se hace muy visible nuestra debilidad. Nuestra fragilidad. Por ello, alrededor del hombre que está