No se trata de una moda nueva

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pensando en voz alta

Las apariencias engañan. Pero hay días que los discípulos lo olvidamos y nos dejamos llevar por lo que tenemos delante de nuestros ojos. Y es que  vivimos una época donde la imagen es importante. Tan importante que a veces preferimos mostrar una imagen que abrir la boca y decir algunas palabras. Esta es una época donde lo externo se impone sobre lo interno. Pero no se trata de una moda nueva, sino que es una moda que ya dura muchos siglos.

Los discípulos pueden ver desde la distancia a los fariseos y a los escribas. Desde afuera, el comportamiento de ellos es impecable y correcto; pero Jesús les advierte que en el interior de sus corazones, cuando nadie les ve, a estos religiosos les  falta el verdadero espíritu del evangelio. En su interior están inundados de egoísmos y autocomplacencia. En realidad han hecho de la religión un sistema para controlar a los hombres y a las mujeres y, aún peor, un sistema para quitar del trono al Sr. Dios

Los discípulos se preguntan entonces qué es el verdadero espíritu del evangelio. Jesús nos les responderá de manera inmediata. Jesús sabe que aprendemos más por lo que vemos hacer que por lo que escuchamos. Jesús actúa. Los discípulos tardarán días en comprender que el espíritu del Evangelio no es otra cosa que hacer uso del amor cada mañana, que practicar la integridad, que convertir la compasión en un estilo de vida y que ir por la vida haciendo justicia.

Necesitamos personas que como Jesús vean el mal y le llamen por su nombre. Nosotros necesitamos a personas que como Jesús practiquen la sanidad y el perdón los pecados de aquellos que los fariseos de nuestros días se apresuran a condenar.

Mateo 23: 23-26

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera.

 Oración

Señor y Dios:

Limpia el interior de nuestros corazones porque de allí salen nuestras palabras y nuestros hechos.   Limpia nuestros corazones para que haya espacio para el amor y la gracia. En Jesús nosotros esperamos. Amén.

 

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