Atravezar los valles de sombra


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pensando en voz alta

El mundo en que vivimos los discípulos es un mundo complejo. Es un mundo lleno de ruinas que conviven con torres de cristal. Un mundo donde todos tenemos una opinión de cualquier cosa y a la vez estamos llenos de perjuicios. Un mundo donde no siempre lo que prometemos se ha de cumplir. Un mundo donde no estamos a donde habíamos prometido acudir. Un mundo donde las palabras han perdido se significancia.

Los discípulos encuentran muy desafiante el mensaje de Jesús. Es inesperado. Les causa desasosiego. Por ello no lo hacen suyo. O se quedan con una parte de él. Una parte que nos les incomode, que no los desafíe. Que no les obligue a cambiar por dentro. Los discípulos tienen un problema con la disposición. Con el estar al servicio del Sr. Dios. Y por ello, antes de responder a cualquier invitación, se miran el ombligo.

Jesús va delante y confía que el polvo del camino caiga sobre los discípulos. Espera que estos se fortalezcan con sus palabras y acciones con los días. Jesús les ofrece dones que no se pueden atesorar en una alforja. Les da regalos que no se pueden lucir como si fueran un vestido de fiesta. Pero a los discípulos les desagrada el envoltorio. Ellos prefieren las cintas y los lazos.

Jesús está empeñado en que los discípulos mantengan los oídos y los corazones abiertos. Que estén dispuestos a renunciar a la comodidad y asumir el trabajo cotidiano como una misión. Que encuentren un tesoro en el servicio. Sabe que los hombres y las mujeres que han depositado su esperanza en el Sr. Dios son únicos que podrán atravesar los valles de sombra. Y hablar sobre el sol.

Lectura del evangelio de Mateo 21; 28-32

Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña.  Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

Oración

Señor:

Tú nos invitas a vivir sin piedras en los bolsillos. Pero nosotros necesitamos tener la fe suficiente para echarnos al camino. Reconocemos en este día nuestras limitaciones y desesperanzas. Esperamos en el Espíritu Santo para que nuestra alegría dure y nuestras palabras se conviertan en acciones.

En Jesús nosotros confiamos. Amén.

 

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