Lo que nuestro corazón musita


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre 1 Co. 10: 10-12

Este es otro mensaje de Adviento para los discípulos que se han echado al camino y les sorprende la noche: El Espíritu del Sr. Dios puede escuchar lo que nuestros corazones musitan. Lo que añoran. Lo que esperan. Y es que durante el camino precisamos de palabras que nos calienten por dentro y por fuera. Palabras que nos hagan poner los pies sobre la tierra, ahora que el invierno lleg.

El discipulado es entro otras cosas despojarse de toda autoridad no merecida. Es abandonar las fortalezas compradas. Es renunciar a las creencias personales que nos aíslan. Un discípulo es el que está dispuesto a reaprender algo nuevo y bueno cada jornada, y no importa cuan arduo sea, lo intenta una y otra vez y es que lo tradicional ya no nos sirve para enfrentar los días que vendrán. Los discípulos son los que dejan caer todos los ídolos y los tabúes que han ido atesorando y que les impiden avanzar y tener memoria. Los discípulos son los que esperan las buenas noticias del Maestro y las comparten como si fuera un aroma que se esparce por una habitación.

¿Cómo podemos identificar a un discípulo? Los discípulos son los que al sentarse a la mesa, y antes de romper el pan y alzar la copa, dan gracias porque no están solos. Porque albergan la certeza de que alguien está atento a su oración. Y es que en Adviento el Sr. Dios nos escucha. 

Augusto G. Milián

 

 

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