¡Buenas tardes Espíritu Santo!


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 I. Mirando un campo de batalla

 

a.     A veces con salirnos a la ventana de casa podemos ver la lucha que se desarrolla delante de nosotros. Es una lucha entre el bien y el mal. Y es que el mal siempre hará acto de presencia y aparentará vencer. Pero los discípulos no han de dejarse guiar por las apariencias.  El mal tratará de corromper todo lo que viene del Sr. Dios. Y se manifestará en el camino. En la familia. En la comunidad. Los discípulos albergan muchos temores y le han pedido a Jesús que les enseñe a orar. Jesús les ha musitado una oración que dice entre otras cosas: líbranos del mal...

b.    Para Pablo, los gálatas y los creyentes en general son el lugar donde tiene su escenario el combate entre dos fuerzas opuestas: la carne y el Espíritu. Esta es una lid que hemos venido observando a todo lo largo de la carta y que en el capítulo cinco encuentra su cenit.

c.     Antes de establecer un paralelismo que nos haga ver los resultados de nuestra toma de decisiones frente a la carne o al Espíritu, Pablo nos describe estas fuerzas. vv-16-18. Y nos aclara que es un combate a muerte.

d.    Hay una palabra que aparece en nuestros textos que quizás merezca un poco de atención por nuestra parte: deseo. Aplicado a la carne, sólo  encontraremos esta palabra en la carta a los Gálatas. Pero siempre en su sentido peyorativo. Y es que su etimología  está marcada de manera negativa por la historia del AT. Si leemos Éx. 20:17 nos encontraremos con que el mismo término hebreo significa nada más y nada menos que un intento de apropiación. Por tanto se erige en un pecado por excelencia: la codicia.

e.     Cuando Pablo hace referencia a los pecados de la carne lo que intenta proyectar en la mente de sus lectores es la tendencia muy humana y siempre presente de abandonarse a su autogestión, a sus solas fuerzas, la cerrazón a la acción de Dios.

f.      Quizás alguien se vea tentado a sospechar que Pablo es un paladín del dualismo; pero esta sería una falsa imagen. Pablo a mamado del judaísmo más ortodoxo y en él no hay un espacio todavía para que por una parte esté el cuerpo y por otra el espíritu. Para Pablo son los hombres y las mujeres en su integridad quienes se rinden ante sus propios deseos y reniegan de Dios u optan a pedir ayuda al Espíritu.

 II. Donde comen dos, comen tres

 

a.     Hemos leído que hay un oposición fundamental que se establece entre la carne y el Espíritu, sin embargo Pablo introduce un tercer término para complicarnos la comprensión. Y la mención de la Ley es al menos sorprendente a esta altura de la carta.  ¿Por qué?, preguntarían algunos.

b.    Pablo introduce una especie de correlación entre la Ley y la carne. Tanto en la primera como en la segunda hay algo en común: lo humano está abandonado a sus solas fuerzas ante ellas.

c.     Por otro lado los que son guiados por el Espíritu no están ya bajo la Ley y la opresión que esta representa. Puesto que los que están bajo la Ley han de cumplir con todos los mandamientos y no con los que les resulten más fáciles. Por lo que ya sabemos ningún hombre o mujer será capaz de tal cosa. Y es que la fragilidad humana es grande. Los deseos de la viaja naturaleza siempre están acosando a los que caminan en con el Espíritu.

d.    Los gálatas no siempre podrán hacer lo que desean. Esta es una dramatización de Pablo que busca un objetivo en sus lectores: a que confíen en el Espíritu. En Romanos 7: 13-25 encontramos el desarrollo de esta idea.

e.     Tras enfrentar la carne y al Espíritu, Pablo establece un paralelismo entre las obras de la carne y el fruto del Espíritu. vv.19-23. ¿Qué dice Pablo? Pues que las acciones de la carne son bien conocidas. Y que el resultado de dejarse guiar por el Espíritu es uno solo: el amor.

f.      En los vv.19b-21ª  se nos presenta una lista de los desórdenes que produce la carne. Nosotros asumimos que es el humano que asume el pecado como un estilo de vida. Son comportamientos delictivos y la lista podría ir a más. v.21ª.

g.    Sin embargo en la enumeración de los comportamientos que derivan del amor, fruto del Espíritu es más armonioso: tres grupos formados por tres términos.

 III. Abrir puertas y cerrar puertas. Conclusión.

 

a.     Si los vicios alejan a los hombres y a las mujeres de la herencia del reino de Dios se ha de suponer que el fruto del Espíritu abre la puerta. Anteriormente debatimos, en el cap. 3 que la herencia estaba más vinculada a la promesa hecha a Abraham que al cumplimento de la Ley. Ahora hemos de suponer entonces que la herencia está estrechamente vinculada a la acción del Espíritu. Por tanto la preocupación de los gálatas de la búsqueda de la herencia queda clarificada. Sólo se accede a ella a través del fruto del Espíritu.

b.    Así como los vv.16-19 eran una especie de introducción, los vv.26-29 son el trámite de la conclusión al antagonismo entre las obras de la carne y el fruto del Espíritu. Aquí Pablo dejará de hablar solo a los gálatas para dirigirse a todos los creyentes.

c.     Si antes Pablo hacia referencia a su peculiar crucifixión en Cristo ahora anuncia que también lo están todos los creyentes. Pero no será un camino cómodo y pasivo. El camino del Espíritu nunca lo será. Pablo sabe que hay peligros que acechan. Que están escondidos. Que esperan. Las divisiones, la vanagloria y las malas acciones personales acechan incluso a aquellos que han proclamado: Jesus, es mi señor y Salvador.

 


 

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