Cuando el agua dejó de ser transparente


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre Juan 2: 1-11

Entendiendo lo que leemos.

Lo que ocurre en la boda de Caná es un milagro. Una señal del poder de Jesús y del poder del  Sr. Dios para el cambio y la renovación. Es importante que escuchemos el relato del milagro en Caná como una buena noticia y, de hecho, que tengamos en cuenta la esperanza que Jesús todavía trae con sus palabras y obras, su vida y su muerte. El milagro no es solo que una vez sucedió que Jesús convirtió el agua en vino. El milagro es que el milagro del vino es signo de algo que sigue vigente y que nos concierne aquí y ahora.

Esta es la primera acción pública del ministerio de Jesús en este evangelio. Recuerde que en este Evangelio, Jesús habla y actúa en más de un nivel de interpretación. Así que la historia de lo que ocurre en la boda es sólo la parte visible del iceberg.

Esta historia establece un modelo que se repetirá en el encuentro entre Jesús y Nicodemo, la mujer samaritana y en otras ocasiones. Una persona habla, María, Nicodemo, la mujer samaritana, y Jesús responde con palabras que se pueden comprender a un nivel superficial o a un nivel espiritual.

En la historia de Caná, por lo tanto, podemos comprender el vino que Jesús provee como un regalo que salva al novio y a su familia de pasar vergüenza o podemos buscar un significado más profundo. En algunas ocasiones, Jesús da un discurso que explica sus señales y obras, pero no en Caná. Miremos el texto

“y estaba allí la madre de Jesús” (v. 1c). Jesús y sus discípulos también fueron invitados (v. 2), desmintiendo la teoría que la falta de vino se debía a que Jesús y sus discípulos aparecieran inesperadamente.

No sabemos cuáles discípulos estaban presentes. Cuatro habían sido llamados con anterioridad: Andrés, Simón Pedro, Felipe, y Natanael y parece haber un quinto discípulo sin nombrar, seguramente el autor de este evangelio. Es probable que estos cinco sean los que están presentes en Caná. Los doce se mencionan en el capítulo 6, pero no sabemos cuándo aparecen los demás discípulos.

La madre de Jesús aparece en este Evangelio solo aquí y en la cruz. Su nombre no se menciona en ninguna de estas dos ocasiones. Jesús y su madre seguramente conocen a gente en Caná, o no hubieran sido invitados a esta boda.

“Y faltando el vino” (v. 3ª). Estas personas llevan vidas simples, pero sí se espera que tengan abundante comida y vino durante una boda. El vino en cuestión se trataría de vino fermentado, diluido con agua.

Una boda se celebra durante siete días, y se trata de una celebración comunitaria. El acabarse el vino sería una vergüenza para los padres que dan la fiesta y para los novios.

“la madre de Jesús le dijo: No tienen vino” (v. 3b). Si el agua es símbolo de purificación judía, el vino podríamos asumirlo como el símbolo de la gracia de Jesús.

No está tan claro lo que pretende la madre de Jesús. Sus comentarios en versículo 5 indican que espera que Jesús haga algo. Ella le ha visto resolver problemas, y tiene confianza que también puede resolver éste. Quizá ella espera que recaude fondos de sus discípulos para la compra de más vino. Quizá siente que él es capaz de un milagro.

“¿Qué tengo yo contigo, mujer?” o sea, ¿y eso a mi que me incumbe? (v. 4a). La respuesta de Jesús nos puede parecer descuidada y hasta irrespetuosa. Sin embargo, mujer (griego: gunai) sugiere distancia en vez de falta de respeto. Jesús utiliza la palabra en varias ocasiones para dirigirse a alguien y nunca lo utiliza de manera irrespetuosa.

La respuesta de Jesús es seguramente un reproche con el propósito de distanciarse, una manera de decirle a María que ella ya no puede depender en su relación de madre e hijo. Desde que Jesús dejó su hogar para comenzar su obra, él “ha sido ungido con el Espíritu Santo y ha recibido la comisión de emprender la obra especial que su padre le ha dado para hacer. Ahora que ha entrado en su ministerio público, todo, incluyendo lazos familiares, deben subordinarse a esto. Aunque normalmente una madre judía puede ejercer presión sobre sus hijos, éste no era el caso con Jesús. Mientras bajo la obligación de honrar a su padre y madre, la prioridad de Jesús era honrar a su Padre celestial y la obra que el Padre le ha mandado hacer.

 “Su madre dice á los que servían: Haced todo lo que os dijere (v. 5). Su respuesta sigue el modelo de la instrucción del Faraón a los egipcios durante el hambre, donde Faraón demostró su confianza en José, encargándole a él de controlar la crisis. La madre de Jesús demuestra esa misma confianza, que Jesús puede y hará algo para remediar la crisis en esta boda. Pero esto no significa que Jesús es sumiso a la demanda de su madre. Repetidamente en este Evangelio, Jesús es presentado respondiendo a la dirección del Sr. Dios, y no a presión humana.

 “Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme á la purificación de los judíos” (v. 6a). Las tinajas de agua son utilizadas para la purificación ritual, porque la piedra no porosa es menos susceptible a las impurezas que si mostraba el barro poroso. Los judíos consideran el número siete como perfecto y completo, y el número seis incompleto. Las seis tinajas de piedra se refieren a las imperfecciones de la ley judía, es la lectura que hace la teología cristiana.

 “Y les dijo Jesús: Henchid estas tinajuelas de agua. Llénenlas asta arriba” (v. 7). Los sirvientes obedecen a Jesús, llenando las tinajas por completo.

 “Y como el maestresala probó el agua hecha vino” (v. 9a). Esta historia nunca nos dice exactamente cuando el agua se convierte en vino. Los sirvientes llenan las tinajas de agua. Cuando el maestresala lo prueba, descubre que es vino.

“que no sabía de dónde era” (v. 9b). Jesús obró su milagro en silencio. Solo su madre, sus discípulos, y los sirvientes saben lo que ha hecho. El maestresala sabía que había un problema, pero no sabía como se resolvió. No sabemos si el novio o los invitados se dieron cuenta de que existía un problema.

“que no sabía de dónde era” (v. 9b). También hay mucha confusión acerca de donde viene Jesús. Su origen es una de las preocupaciones de este Evangelio y eso nos da un indicio del significado de este pasaje. Algunas personas saben de donde viene el vino/ gracia, pero otros no. Como ocurre a menudo en los Evangelios, hay una inversión aquí. El maestresala debe ser el que sabe de donde viene el vino, pero son los sirvientes los que lo saben. De manera parecida, los líderes religiosos deben comprender las señales de Jesús, pero son los discípulos, gente más ordinaria, los que creen en ellas.

“Todo hombre pone primero el buen vino, y cuando están satisfechos, entonces lo que es peor” (v. 10a). Es de esperar que los invitados sean más discriminantes con el sabor del vino cuando empiezan a beber. Después, cuando sus sentidos están entorpecidos, no les importaría si el vino que beben es bueno o mediocre.

El maestresala le dice al novio, “tú has guardado el buen vino hasta ahora” (v. 10b). El maestresala pretende comentar sobre el raro comportamiento del anfitrión, que guarda el mejor vino hasta el final. Sin embargo, en este Evangelio, gente a menudo dice cosas que tienen un significado más profundo, sin darse cuenta de lo que han hecho. En este caso, el significado más profundo que anotan algunos teólogos es: Dios ha hecho una cosa muy sorprendente. Ha guardado hasta el final su mejor regalo para Israel y el mundo. Su mejor regalo no ocurrió en el pasado de Israel, cuando dio a Moisés la ley y a Israel la tierra. Ha guardado el mejor vino hasta la venida de Jesús. Esto, entonces, se convierte en una historia de movimiento: del agua de la ley y los profetas hacia el vino de la gracia de Jesús.

 “y manifestó su gloria” (v. 11b). Esta frase nos recuerda al introito del evangelio, donde dice, “…y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad….

En el Antiguo Testamento, la palabra gloria frecuentemente se relaciona con Dios. Cuando Jesús revela su gloria a través de estas señales, revela su divinidad. El propósito de las señales es revelar a Jesús como hijo del Padre. No es suficiente reconocerle solo como alguien que obra milagros.

“y sus discípulos creyeron en él” (v. 11c). Éste es el climax de la historia. El propósito de la acción de Jesús es inspirar creencia. Es alimentar la fe. Además, el propósito ya establecido de este Evangelio es para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.

Algunos de nosotros seguimos buscamos señales del Sr. Dios para apaciguar nuestros temores. Pero las señales ya se nos han dado. Tenemos las Escrituras a nuestro alcance cada día. Las señales están delante de nosotros. Pero es liberador que Dios nos dé una señal para animar nuestra fe. Para sostenernos en medio del miedo y la desesperanza.

Querida iglesia hay que abrir los ojos a las señales que Dios nos está dando. Y algunas de estas señales son de fiesta, de la alegría. Lo viejo se volverá nuevo. Ahora sabemos que el vino solo mejora con el tiempo y la fiesta a la que somos llamados apenas ha comenzado para los discípulos de Jesús. Y tú y yo lo somos. Amén.


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