Buscando respuestas a la violencia


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

de las notas del pastor  

I. Introducción al tema.

Los cristianos hablan de un Dios de paz y de amor. Pero la Biblia está llena de guerras, matanzas e incluso genocidios que Dios parece aprobar. Incluso Dios se presenta como guerrero. ¿Cómo es posible esta contradicción?

La redacción de la Escrituras se extiende a los últimos siglos antes de Jesucristo. Pero la historia de la que da testimonio se extiende dos milenios antes. Cuando se habla de la Escrituras hebreas, hay que saber en qué momento de la revelación se sitúa. Al principio de la Biblia, los primeros capítulos del libro del Génesis hablan de la Creación y de los orígenes de la humanidad: pero nosotros podemos afirmar que la violencia no tiene su origen en el Sr. Dios.

II. Poniendo el dedo en la llaga.

Es un hecho, muchas páginas de la Escrituras son extremadamente violentas:                     

Yo los odio intensamente,
ellos son mis adversarios

dice el Salmo 139:22. Esta violencia es uno de los obstáculos para la lectura del Antiguo Testamento. También alimenta el rechazo a las religiones, en particular a las religiones monoteístas: la Biblia sería para algunas personas una especie de  manual de fanatismo que habrían heredado, más o menos, el cristianismo y el Islam.

¿De dónde viene la violencia, según la Escritura? No viene del Sr. Dios. La creación es un acto de poder, no de violencia. El hombre tiene como misión, entre otras, poner orden en este mundo inacabado, imperfecto. Su dominio sobre el mundo creado tiene por objetivo que reine la paz. Pero la serpiente, el Maligno, como la ortodoxia escritural, sugiere al hombre y a la mujer que comiendo del fruto prohibido se harán capaces de rivalizar con el propio Sr. Dios. Marido y mujer no se ayudan a resistir a la tentación. Al contrario, se arrastran el uno al otro. Se dejan engañar: el pecado hace acto de presencia.

III. El despertar de la tristeza.

Relectura de Génesis 4: 1-8.

La primera consecuencia del pecado es la violencia. Sobre un fondo de rivalidad, Caín mata a Abel. Si seguimos leyendo más adelante el relato el Sr. Dios quiere parar el ciclo de violencia: protege a Caín. Pero esta se mantiene viva.

Y llega hasta tal punto que, dice la Escritura, Dios se arrepiente de haber creado al hombre. La tierra está llena de violencia a causa de los hombres, le dice a Noé. Gn. 6:13.  Que la humanidad tenga un nuevo comienzo, a partir del único justo que Dios encuentra, Noé y su familia. El diluvio engulle pecadores y pecados. Dios no se venga pero no puede dejar indefinidamente que se propaguen el mal, la injusticia, la violencia.

Al final, como signo de una nueva alianza con la humanidad, Dios suspende en el cielo un arco que reúne a la humanidad de un extremo de la Tierra al otro. El arco, arma de guerra, se convierte en símbolo de paz.

IV. ¿Qué produce la violencia?

La violencia, al final, sólo hace víctimas. No se la vencerá con una violencia opuesta. Si la violencia viene del corazón del hombre, es el corazón del hombre el que la tiene que curar. La violencia sufrida debe transformarse en ofrenda. Es lo que ha hecho Cristo. Pero incluso después de veinte siglos de educación por parte de Dios, ningún contemporáneo de Jesús lo entendió. Nosotros mismos, ¿hemos entendido?

En su historia, Israel ha sido mucho más a menudo víctima de la violencia que autor de ella. Por los profetas, Dios hace progresivamente descubrir a su pueblo que la violencia es ciertamente un callejón sin salida y que incluso el ejercicio de la fuerza no pondrá fin al pecado que está en el hombre. Lo importante es la conversión de los corazones. El cambio total de perspectivas es anunciado por las profecías:

Justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará,

Esto lo encontramos en Isaías 53,11.  El cristianismo reconoce en Jesucristo la realización de esta profecía.

La historia de la violencia en la Biblia es la historia de una educación. Es inútil negar la presencia de la violencia en nuestros corazones, en nuestra sociedad, en nuestro mundo. Hay que, en primer lugar, regularla, impidiendo que invada todo el campo. También hay que saber que son posibles las regresiones: el siglo XX ha sido un siglo de extrema violencia.

Si hay odio, debe dirigirse a todas las formas del Mal: el rechazo de Dios, la falsedad, la injusticia, el desprecio a los demás, a su dignidad, a sus bienes. Hay que odiar el pecado y amar al pecador. Y nosotros, ¿lo hemos entendido?

Próximo encuentro

Viernes 12/02  18h  Skype

Ciclo La violencia en las Escrituras

Tema 2

Las mujeres de las Escrituras: violentas y violentadas

Jueces 11: 29-40

 

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