Dos etapas de la violencia en Génesis


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 I.  Lo que dicen los corderos que han de ser sacrificados

 a.     Los animales no hablan. Pero es Adán quien, según el relato del Génesis, les da un nombre. Es en esta acción donde podemos encontrar el vestigio y fundamento de su poder sobre ellos. El hombre y la mujer como imagen de Dios, son seres que hablan. 

b.    Por otra parte tenemos la afirmación de que Dios realiza la creación mediante la palabra. De aquí que exista la sospecha de que los seres humanos han de gobernar con mansedumbre. Pero cuando la violencia se presenta en escena, también afectará las palabras que el hombre pronuncie. Algunas veces esas palabras de violencia tendrán la forma del mutismo y otras las de la mentira. 

c.     Sabemos que el reino animal es un mundo diverso. En Génesis 1 se nos repetirá hasta diez veces cada uno según su especie. Y cuando son dejadas a su libre albedrío estas especies se devoraran entre si. Una manera muy primitiva de violencia. La ortodoxia nos ha enseñado que el hombre era el guardián, una especie de pastor de los animales al que se le había confiado la paz en este mundo primitivo. Imagen de este mundo que nos cuenta Isaías 11: 6-8. Imagen donde hay un ser humano: un niño.

d.    Si dejamos por un momento las imágenes que nos han domesticado por años y miramos la realidad de la naturaleza podríamos aceptar el criterio que el animal no es violento o cruel. Estas son manifestaciones más humanas. El animal sencillamente actúa por instintos. La violencia entra en escena mediante el hombre. La violencia y la crueldad son manifestaciones de su espíritu. Lo que hace el hombre es proyectar su violencia en los animales.

e.     ¿Qué podremos decir sobre la violencia en este momento? La violencia es una manifestación muy primario de la no adoración a Dios. Cuando lo humano pone en un pedestal la inteligencia, cuando sube a lo alto a la fuerza todas sus demás cualidades parecen desaparecer. Incluso la mansedumbre. Y como resultado aparece en el corazón de los hombres y las mujeres el desprecio, el recelo, la opresión, la idolatría.

 II. El becerro del oro.

 a.     Leer Éxodo 32: 1-4.

b.    ¿Qué acabamos de leer? Se nos narra que Aarón hizo trabajar  el oro con un cincel y fabricó un novillo y lo presentó al pueblo como la imagen de Dios. Esta es una manera de violencia inaudita contra la propia humanidad. Aarón nombra a lo que está por debajo de los hombres como lo que está por encima de ellos. Aarón pone en el lugar de Dios a un animal. Una manera visible de negar a Dios, de rechazarlo.

c.     Cuando decimos que el hombre y la mujer están hechos a imagen de Dios lo que en realidad estamos planteando es que lo humano está por encima de lo animal. Que estamos más próximos a la divinidad que a la animalidad. Quizás alguno de Uds. se pregunte ¿de dónde subyace esta idea? Les invitaría a leer en el Salmo 8: 5-7.

d.    ¿Qué dice este Salmo en realidad sobre lo que Dios a puesto para que el hombre domine? Pues exclusivamente al mundo animal.

 III. Antecedentes para entender la violencia humana.

 a.     Leer Génesis 9:1.

b.    El hombre sigue siendo imagen de Dios aun después que tenga la autorización a matar, derramando la sangre de los animales o haciéndose temer por ellos. Y esto es así hasta que llegamos a Génesis 9:6, donde se nos ofrece un poco de luz de cómo será el futuro de la humanidad según la historia bíblica.

c.     El mandato a imponerse sobre los animales estará seguida de otros mandatos para la guerra y para el exterminio. Ex.23:22 y Dt. 20: 16. Sin duda estos y otros pasajes nos quitan la hierba bajo los zapatos. Pero a la vez hay que reconocer que tenemos sentimientos que nos imposibilitan muchas veces entender las acciones que se narran en las Escrituras. Y es que nos resistimos a encontrar en ellos nuestra propia historia, nuestras propias debilidades, nuestras propias contradicciones.

d.    Es ahora y aquí donde debemos establecer dos tiempos:

1.    Dios no se puede manifestar ni presentar al hombre más que a través de lo que el hombre es en realidad

2.    Cuando Dios se manifiesta al hombre lo hace de verdad.  No se muestra con medias tintas. Y como lo hace de verdad es que puede llegar a su corazón.

 e.     Cuando los hombres y las mujeres leemos las Escrituras lo leemos con nuestros propios ojos y entonces vemos a un Dios violento. Esto no quiere decir que no sea capaz de ver a Dios, de hecho Dios no se esconde a esa manera de mirarlo que tienen los hombres y las mujeres. En el relato bíblico Dios se deja ver con esta visión deformada. Pero lo hace para enderezar lo que está torcido. Para transformar lo que esta deformado. Para cambiar esa violencia en otra cosa diferente. Pero esto solo lo podemos apreciar en la historia de la humanidad y no es algo de que un hombre pueda decidi 

f.      En la vida y en las Escrituras llamamos muchas veces violencia a lo que no es más que nuestra propia violencia.

 IV. Comentarios o expresiones

 

 

 

 

 

 

 

 

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