Violentas y violentadas


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Apuntes para compartir 

I. Introducción.

a.     La violencia contra las mujeres, está desgraciadamente, al orden del día. En todo el mundo son agredidas, violentadas y asesinadas. También sabemos de mujeres violentas. Esto que decimos no es nuevo. La historia y la literatura dan buena cuenta de la violencia contra ellas y de ellas a lo largo de los siglos. Las Escrituras las recogerán

II. Mujeres bíblicas que ejercen la violencia.

a. No existe un único criterio para clasificar los tipos de violencia, sino varios. Los más comunes suelen partir de dos factores:

b. el modo en el que se ejerce la violencia. Así que podemos definir tres modelos:

i. violencia autoinfligida

ii. violencia interpersonal

iii. violencia colectiva

c. y el sujeto o sujetos que la ejercen:                                                                                                        

i.                violencia física

ii.              violencia verbal

iii.            violencia sexual

iv.            violencia económica

v.              negligencia

vi.            violencia religiosa

vii.          violencia cultural

viii.        violencia virtual

Estos dos factores son los que estructuran la clasificación de los tipos de violencia. Veamos un primer ejemplo bíblico.

d. Sara. En el libro de Génesis nos encontramos con Sara, la mujer de Abrahán, que se comporta de forma violenta con su esclava Agar. Leemos Gn. 16:1-6

 Sara, la mujer de Abráhan, no le había dado hijos. Pero Saray tenía una esclava egipcia, llamada Agar. Y dijo Sara a Abrahaán: El Señor no me ha permitido tener hijos; acuéstate con mi esclava y quizás podamos tener familia gracias a ella. Abráhan aceptó su propuesta. Diez años habían transcurrido desde que Abrán se instaló en Canaán, cuando Sara, su mujer, tomó a Agar, su esclava egipcia, y se la dio como mujer a Abráhan, su marido. Abráhan se acostó con Agar, y ella quedó embarazada. Pero cuando Agar supo que esperaba un hijo, perdió el respeto a su señora. Entonces Sara dijo a Abráhan: ¡Tú tienes la culpa de que esta me menosprecie! Yo puse a mi esclava en tus brazos y, cuando ella ha visto que espera un hijo, me ha perdido el respeto. ¡Que el Señor actúe de juez entre nosotros! Abráhan respondió a Sara:  Mira, la esclava es cosa tuya; haz con ella como mejor te parezca. Entonces Sara empezó a tratarla tan mal que Agar tuvo que huir de ella. 

e.     Un triangulo peligroso. En contra de Agar hay que constatar que después de dar a luz un niño, al que pone el nombre de Ismael, no se mostró tan grande como lo exigía la dignidad a la que había sido elevada. Se muestra arrogante. Sara por su parte está celosa y furiosa, Sara culpa al marido: “yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio” (Génesis 16:5). Abraham, está retratado aquí como hombre débil, falto de autoridad, claudica y dice a Sara: tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca (Génesis 16:6). ¿Actúa por miedo Abrahan. Aún cuando por ley Agar era también esposa suya, él se quita de en medio. En su defensa: ¿qué podía hacer el hombre cuando la esposa le culpaba continuamente de lo que ella misma era culpable? El fuego estaba ya encendido en aquella casa. La guerra entre las dos mujeres, declarada.

f.      La violencia psicológica: Puede darse en todo tipo de contextos, si bien la casa, la pareja y la familia suelen ser tres de los más comunes, y consiste en cualquier acción que sintamos que nos degrada como personas o trata de controlar nuestras acciones o decisiones. Este tipo de violencia no necesariamente tiene por qué alcanzar el hostigamiento o la humillación, sino que puede manifestarse como acoso, restricción, humillación, manipulación o aislamiento, produciendo daños emocionales y perjudicando nuestro desarrollo personal hasta problemas emocionales y psicológicos muy graves que han llevado a muchas mujeres al suicidio. La violencia psicológica suele ser la puerta de entrada hacia otros tipos de violencia, como la física o la sexual.

 

Nota sobre el cuadro.

Navez pinta este cuadro durante su estancia en Roma en 1820. Vemos en la obra la influencia de los pintores italianos del quattrocento que se daba en un grupo de pintores alemanes residentes en Roma en esa época. La idea del amor fraternal se traduce estéticamente en la gracia de la línea depurada, la palidez de tonos y la atenuación del modelado. Navez tampoco descuida el realismo de la representación que le había inculcado su maestro que queda patente en los trajes.           

 

 

 

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