Cuando la obediencia es preferible al sacrificio


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 I. Dina, la hija de Jacob.

 

a.     Sabemos por el relato bíblico que Jacob tiene doce hijos y una hija. Su nombre es Dina y aparece en la historia familiar que se narra en Génesis 34. Es allí donde se narra su secuestro y violación por parte de Siquén, hijo de Hamor, del rey de la ciudad homónima.

b.    Sabemos, también, que su secuestrador y violador, se enamora de ella y pide hacerla su esposa. Para Dina este es un mal menor. Pero sus hermanos, con la complicidad de su padre, heridos en su honor, matan a todos los habitantes varones de Siquén y con ello todo futuro para Dina. A partir de ese momento desaparece de la historia.

 II. Dos reflexiones y dos teologías diferentes sobre el sacrificio.

 

a.     Lectura de Miqueas 6:7. Miqueas hace una crítica desde dentro. Su crítica va dirigida al corazón humano. Pero anteriormente sabíamos que Ezequiel, ve en el sacrificio humano un acto bárbaro, que la aberración de los hombres ha venido a atribuir al Señor Dios para aquellos grandes pecadores. P. e. al faraón de Egipto. Ver Éxodo 4:21. En el NT encontramos tal estructura en Romanos 1: 24, 26,28. Sin dudas, el hombre que habita la tierra después del diluvio no puede cesar en el empeño de derramar sangre.

b.    Lectura Génesis 22: 1-3. Sin duda Dios está en el origen de tal acción, pero a la vez hay un contraste: lo interrumpe  y lo rechaza. ¿Qué podemos decir entonces? Una posible respuesta sería asumir que Dios no quiere tal cosa o lo ha dejado de querer, después de tres días. Pero también podríamos decir que cuando los hombres deseen hacer estos ritos sangrientos Dios se hará presente en medio de ellos.

c.     Es interesante  releer estos pasajes después de escuchar las críticas de los profetas a ciertas formas del culto. Porque estas críticas no sólo están relacionadas con los sacrificios sangrientos, sino con aquellas que están emparentadas con él. Como podrían ser las mutilaciones y los ayunos. Los vecinos de Israel entendían que sus dioses demandaban sacrificios humanos. Algunos israelitas también quieren ofrecérselas al Señor Dios. Pero el Señor Dios acabará declinando tales honores.

d.    Israel quiere ofrecer sacrificios a su Dios, pero tales sacrificios no son reconocidos por el Señor Dios, más bien son catalogados como satisfacción de si mismos, como prestaciones que los hombres se ponen a si mismos. Leer Isaías I: 11,14, Amós 4:4, Amós 5:21. Estas formas posesivas que contiene el texto se erigen en doctrina en algún momento de la historia. Por eso los profetas se hacen tales preguntas como la de Isaías I:12 ¿Quién os ha pedido esto? Amós 4:5 Ofreced….porque esto es lo que os gusta. 1Samuel 15:22 la obediencia es preferible al sacrificio. La insistencia final del movimiento profético será que el conocimiento del Señor Dios es más urgente que el ofrecer sacrificios. Y es que este conocimiento es lo que acabará distinguiendo al Señor Dios de un dios pagano, de un ídolo.

 III. Algunas posibles observaciones.

 

a.     La lectura y estudio de las Escrituras nos pueden ayudar a comprender la violencia  que describe. Y comprender no es otra cosa que discernir las estructuras en que se manifiesta.

b.    Formas de violencia.

i.                violencia contra si mismo. Formas de odio contra uno mismo o contra un sustituto (sacrificio de un hijo)

ii.              violencia contra otro.

iii.            error sobre Dios. Hacerlo semejante a un ídolo. Otra opción sería decir que cometemos violencia contra Dios al imputarle nuestra propia violencia ya sea para rechazarle o para ampararnos en que hemos hecho algo que el pedía y que a nosotros nos complace.

c.     Definiendo la idolatría: Una construcción hecha por nosotros mismos. Una construcción que existe fuera de nosotros. Una construcción que se erige en nuestro propio enemigo. Que nos exige ejercer violencia con el que es igual a nosotros.

 IV. Comentarios y opiniones.

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