¿Por qué Dios guarda silencios?


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

I.           Job y el Sr. Dios.

 

a.                   Vivimos días en que muchas personas se preguntan el por  qué de determinados acontecimientos dolorosos en sus vidas sin encontrar una respuesta. Conocemos de enfermedades e injusticias en el ámbito de la familia, de los trabajos e incluso de la vida de la iglesia para los cuales no hay una explicación fácil. Es en esos momentos cuando tenemos la tentación de culpar a Dios de la existencia del mal. Y es que en el fondo asumimos que nuestros pecados no son tan graves que requieran de un castigo tan desproporcionado. Nos gustaría increpar al Sr. Dios en persona y decirle que ponga orden, que detenga y resuelva todos los males que nos rodean.

 

b.                  El libro nos puede dar la impresión que describe a un Job como actor de violencia frente al Sr. Dios. P. e. en la segunda parte del discurso del capítulo 15, Elifaz explica que Job se deja llevar por la cólera en su relación con Dios, proyectando su agresividad en el ser divino mediante sus palabras, cuando Dios no es injusto ni violento. Para Elifaz, es el hombre quien es detestable. Quien es corrupto y por tanto ejecutor de la violencia. Y nos comunica que son los ceñimientos como el miedo y el terror,  quienes engendran en los seres humano la violencia. El otro amigo, Elihú, hace saber que el pecado de Job es precisamente la rebelión, hacer uso del lenguaje contra Dios. Leer 34:36-37

c.                   ¿En realidad qué pretenden hacer los amigos de Job? Justificar la ira divina en forma de castigo retributivo. Ver 13: 7-8. Por ejemplo Sofar dice que el Altísimo derrama su ira sobre el impío mediante la miseria, penuria, del miedo a las tinieblas y al fuego.

d.                  Si embargo para Job, el primer ejecutor de la violencia es el propio Dios. Leer 14:3. Y el habla desde su experiencia, desde su cotidianidad. Para Job el Sr. Dios es injusto, agresivo, airado. Un ser violento que hiere incluso a aquellos que le son fieles. Para Job el castigo sin culpa no tiene ninguna función. A no ser que sea utilizado por el propio Dios para sacar a la luz su propia naturaleza violenta. Y si la violencia es su propósito, entonces nada puede detenerlo. Ver 12:14.

 

II.      Una imagen de Dios que nos decepciona.

 

a.                 La experiencia que vive Job lo lleva a una grave decepción. Pero a la vez, sigue en su búsqueda incesante y dolorosa de una respuesta. A lo largo del libro descubrimos un intento de Job de establecer un dialogo con Dios. Pero Dios no dice nada. Job pregunta por qué Dios le esconde su rostro y le trata como un enemigo. Leer 13:24, 26-27

b.                El Dios de Job es ciego, sordo, mudo y malvado. Las imágenes que Job utiliza para describir como Dios destruye la esperanza de los hombres y las mujeres son extremadamente violentas. Leer 16:13-14.

c.                 Las manos de Dios, tantas veces cantada en los Salmos como fuente de salvación, es sin embargo para Job, una mano que hiere. Ver 19:21.

 

III. ¿Cómo superar la violencia?

 

a.                   Para la literatura sapiencial, la necedad y la impiedad son parientes. Como también lo son la sabiduría y la justicia. La violencia existe porque se ha rechazado el camino de la sabiduría. Las personas rudas, perezosas, inexpertas y sin inteligencia no han querido seguir el camino de la sabiduría, sino que han querido seguir a la necedad. Veer Pro. 7:6-9, 13-18.

b.                  La violencia es entonces consecuencia de la falta de sabiduría. En el capítulo 28 de Job se subraya la dificultad que tienen los hombres para encontrar la sabiduría, a veces tan escondida como el propio Dios. Y ninguno de los dos, al parecer está al alcance de Job.

c.                   Encontrar la sabiduría se tornará en el problema más importante del protagonista. Pero esta no la podrá comprar con dinero ni riquezas. Será necesario un duro proceso de aprendizaje interior. Leer 28:20-27. Todo nos indica que podremos encontrar a Dios tras haber experimentado el dolor, la opresión y la agresividad.

d.                  Sabemos desde el comienzo del libro que Job era un hombre que temía a Dios y se alejaba del mal, pero esto no le ha servido para evitar el mal. Y llegamos al final del libro sin encontrar una respuesta que nos de por contestada la pregunta ¿para que sufre Job?

e.                   Cuando el Sr. Dios hace acto de presencia, lo hace en medio de una gran tempestad, pero no ofrecerá respuestas, sino que hará preguntas para que el protagonista del libro comience su búsqueda interior. Leer capítulos 38-41.

f. Para cada persona el camino es diferente. Las preguntas y las respuestas dependerán de las circunstancias personales. Cada hombre y mujer ha de encontrar su propio equilibrio en medio del caos que es la vida. Job tendrá que cambiar su manera de entender a Dios o se quedará, como algunos hacen, sin Dios. Job cambia la imagen que guardaba de Dios. Y solo entonces su lenguaje se moderará. Y dejará de proyectar el mal que habita en el mundo en la persona de Dios.

g.                  En este libro no se nos ofrece una solución que podamos seguir a pie de juntillas. El libro es si es un desafío para analizar cuán responsables somos. Es un libro que actúa como un espejo. Nos ayuda a ver nuestra realidad y una invitación a buscar sentido a nuestra existencia.

  Tiempo para preguntas y hacer propuestas

 

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