Desde el jardín del Edén.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Querida iglesia: No queremos un corazón de piedra, sino de carne.

Hoy quiero compartir algunas ideas sobre la acción del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento (AT). Es la deidad que la teología nos susurra que tiene la tarea de manifestar la presencia activa del Sr. Dios en el mundo, y especialmente en la iglesia. Quizás hoy podemos responder a la pregunta ¿qué hace el Espíritu Santo por nosotros?

Es clara la obra del Espíritu Santo para nosotros trás el ministerio público de Jesús. De hecho tenemos mucha más fresca su memoria trás leer el Nuevo Testamento (NT). Pero sin duda alguna la redención que disfrutamos está marcada por la acción del Espíritu de Dios en una medida que sobrepasa nuestro entendimiento o la comprensión de algunos pasajes de las Escrituras. No en vano Pablo llamó a la redención de los hombres y las mujeres el ministerio del Espíritu. Cuando lo entendemos de esta manera, entonces las profecías tienen más sentido para nosotros aqui y ahora. Mediante las Escrituras sabemos que el Sr. Dios prometió por medio de sus profetas derramar su Espíritu sobre el pueblo de una manera desconocida hasta entonces.

Pero todo esto no debe entenderse como si el Espíritu estaba inactivo en el AT. Sería errado pensar en esos términos. No se puede concebir al Espíritu de Dios como estando pasivo hasta los días de Malaquías y muy activo desde que comienza el evangelio de Mateo.

Quiero ompartir algunas preguntas con Uds.¿Cómo debemos entonces entender la obra del Espíritu Santo antes de la historia del niño que nace en Belén? ¿Hay alguna conexión entre lo que hace el Espíritu de Dios desde el relato del Génesis y lo que hace entre nosotros? ¿Cuál es la obra del Espíritu Santo en las Escrituras hebreas?

Hoy podemos hacer un viaje desde los días del jardín del Edén hasta el tiempo de los profetas de Israel. Al dar una mirada a las operaciones del Espíritu antes y después de Pentecostés, encontraremos una tremenda similitud entre ambas. Algunos pintos en común. Sus acciones en el AT son como paralelas a las actividades que se nos narrarán en las Escrituras griegas. Es decir, la obra y ministerio del Espíritu Santo en el AT, en un sentido, un anticipo de su ministerio en en plan de la redención por la gracia. Sus operaciones en la época de Israel fueron una especie de adelanto a las manifestaciones que se nos cuentan en la iglesia neotestamentaria. Para usar el lenguaje del apóstol Pablo, las obras del Espíritu que encontramos en el AT son como la sombra de la realidad de su obra en la iglesia del NT.

Podemos resumir esta actividad en tres categorías generales: 

a) La actividad de dar vida y sustentarla; 

b) la actividad de dar poder y fuerza; 

c) la actividad de iluminar o sea dar sabiduría, revelación, y entendimiento).

Expliquemos estas propuestas. 

a) Dar vida y sustentarla: En el relato de la creación, podemos leer: el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. El mismo Sr. Dios, después de haber formado al hombre, sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Este es el entendimiento que Job tenía de su origen, por eso dice: El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida.

Pero esta actividad del Espíritu no está limitada a dar vida, sino también a sustentarla. Es decir, Dios, por medio de su Espíritu cuida, sustenta, y preserva su creación. Con toda evidencia, se desprende del AT que el origen de la vida, su mantenimiento y su desarrollo dependen de la operación del Espíritu Santo. Retirar al Espíritu significaba tasativamente muerte.

b) Poder y fuerza: Esta capacidad estaba relacionada con el rol de liderazgo que algunas hombres y mujeres cumplieron en Israel. En particular, sobresale esta capacitación en la época de los jueces, aunque también otros recibieron el Espíritu para la tarea de preservar la identidad nacional. Por ejemplo, aquellos jueces que el Sr. Dios levantaba para libertar al pueblo eran personas con una gran capacidad y fortaleza que provenía del poder que Dios les dio por su Espíritu.

Las Escrituras nos dice que el Espíritu del Señor vino sobre Otoniel, luego sobre Gedeón, también sobre Jefte, y sobre otros más. El caso más notable, y que hemos hecho mención hace meses en nuestra tertulia mensual, es el empoderamiento de Sansón, quien derrotó a los filisteos con el poder del Espíritu. También me gustaría recordarles cuando Saúl y David fueron elegidos para ser reyes, ambos fueron ungidos como una señal de la presencia del Espíritu para capacitarlos a dicha tarea.

c) Dar sabiduría y entendimiento: Esta función, en un sentido, agrupa y sintetiza varias funciones que tienen que ver con el intelecto y el discernimiento de las personas creyentes. Nuestro avance intelectual o la capacidad para entender los problemas de la vida se atribuyen a una influencia iluminadora del Espíritu Santo.

Citemos un tres ejemplo. Sospechamos mediante el relato bíblico que José tenía el Espíritu del Dios y esta es la causa que le interpretó los sueños al Faraón de Egipto. También podemos leer que el Espíritu le fue otorgado a los setenta ancianos que ayudarían a Moisés en la tarea de administrar justicia y profetizar. Y por último, durante la construcción del tabernáculo, el Sr. Dio llenó de su Espíritu a Bezaleel y a Aholiab en sabiduría, y en inteligencia, en ciencia y en todo arte para inventar diseños, para trabajar en oro plata y en bronce.

Asimismo  llegamos a los días de los profetas. Es el Espíritu quien revelaba, quien informaba, y quien capacitaba a estos hombres que dan titularidad a los últimos libros del canón hebreo para profetizar. Por eso Esdras dice: Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas. El profeta Isaías anunció: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ungió el Señor; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón. . Además, el mismo Ezequiel confiesa: Y vino sobre mí el Espíritu del Señor, y me dijo: Di: Así ha dicho el Señor: Así habéis hablado, oh casa de Israel.

Estas actividades del Espíritu durante el AT fueron entonces un anticipo de una actividad y obra más poderosa y completa que se mostraría durante la redención que realizaría Jesús. Estas laboress que hemos mencionado ilustran lo que Él haría al aplicar la gracia sobre la iglesia y ya no sólo sobre un pueblo determinado.

Querida iglesia: Ahora podemos pedir un corazón de carne. Amén.

Augusto G. Milián

 

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