Hoy no


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pensando en voz alta

Todas las historias tienen un principio. Todas. Pero con el paso de los años, tú y yo, lo vamos olvidando. Todas las historias comienzan con un encuentro. Pero a medida que nos hacemos mayores estos recuerdos se tornan nebulosos y acabamos por dejarlos abandonados en algún rincón del alma.

Los discípulos albergamos algunas creencias. Creemos por ejemplo que somos nosotros los que nos encontramos con el Sr. Dios en algún tramo del camino. Pero esta, en particular, es una creencia errada. En realidad ha sido el Sr. Dios quien salió a nuestro encuentro y nos llamó por nuestro nombre. Y es que el Sr. Dios nos conocía de antemano. Sabía de nuestros nombres ante que nuestros padres nos llamaran por él.

Cuando los discípulos se encuentran con Jesús han de estar atento a toda palabra que sale de su boca y a todo gesto. Los discípulos hemos de recordar ese momento, porque es allí precisamente, cuando nuestras vidas comienzan ha cambiar. Fue allí cuando comenzamos a ver al mundo con otros ojos. Cuando comenzamos a ser los amados y amadas del Padre.

Hoy no, pero un día podremos sentarnos juntos y recodar cómo Jesús nos llamó por nuestros nombres. Hoy no, pero un día podremos dar gracias por las personas que nos tomaron de la mano y nos dijeron: ¡Ven, quiero presentarte a Jesús! Hoy no, pero ese día ha de llegar más temprano que tarde.

Lectura del evangelio de Juan 1: 43-51

Al día siguiente, Jesús decidió ir a la región de Galilea. Encontró a Felipe, y le dijo: Sígueme. Este Felipe era del pueblo de Betsaida, de donde eran también Andrés y Pedro. Felipe fue a buscar a Natanael, y le dijo: Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en los libros de la ley, y de quien también escribieron los profetas. Es Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.Dijo Natanael: ¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno? Felipe le contestó: Ven y compruébalo.  Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo: Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño. Natanael le preguntó:¿Cómo es que me conoces? Jesús le respondió: Te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera. Natanael le dijo: Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel! Jesús le contestó: ¿Me crees solamente porque te he dicho que te vi debajo de la higuera? Pues vas a ver cosas más grandes que éstas. También dijo Jesús: Les aseguro que ustedes verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.

Señor, escucha nuestra oración

A ti pedimos que nos llames por nuestros nombres. A Ti pedimos que nos llames en medio del camino. A Ti pedimos en medio de la tempestad y del dolor. A Ti acudimos cuando nos sacude el viento y cuando nos roza la brisa. A Ti, Jesús. Sólo a ti. Amén

Augusto G. Milián 

 

 

 

 

 

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