Muchas cosas no son como deberían ser


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Pensando en voz alta

En un mundo ideal nadie sería pobre. Nadie tendría que mendigar un pedazo de pan. Nadie.

En un mundo ideal todos recibiríamos lo que necesitaríamos para vivir con dignidad porque todos seríamos capaces de compartir con los demás de lo que poseemos. Pero esto sólo es posible en un mundo idealizado. En un mundo romántico. Sin embargo ya no somos niños y sabemos que en el mundo real, en que vivimos tú y yo, no pasa así. De hecho el mundo en que respiramos y vivimos la mayoría de las cosas no son como deberían ser.

En el mundo que caminan los discípulos el dinero y las riquezas se han convertido en un escollo. Es un mundo egoísta e injusto. Por eso el Reino de los cielos se ha erigido en una especie de cúspide de difícil acceso e inalcanzable. Sobre todo para los que tienen mucho atesorado en su exterior. Para los que no son capaces de extender sus manos. Para los que se quedan sin palabras frente a la elección cotidiana de elegir  entre los bienes materiales o las personas.

Jesús no se ha conformado con el mundo en que nació. Por eso propone otro mundo. Y sabe de los peligros que rodean a sus discípulos en el día a día. Sabe cuán peligroso es el caballero Don Dinero cuando nos agarra el corazón. Sabe que los discípulos inmaduros siempre pedirán ser premiados tras una larga caminata. Pero Jesús también sabe de la generosidad del Sr. Dios para con sus hijos e hijas. Sabe, a fin de cuentas, que el Espíritu Santo puede hacernos personas solidarias. Sabe que puede cambiarnos por dentro y que se note por fuera.

Si alguno de ustedes me pregunta, en esta mañana, de donde viene mi certeza yo tendría que responder sin pelos en la lengua: ¡Para el Sr. Dios todo es posible! ¡Todo!

Lectura del evangelio de Mateo19: 23-30

Jesús dijo entonces a sus discípulos: Les aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.  Les repito que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios.

Al oírlo, sus discípulos se asombraron más aún, y decían: Entonces, ¿quién podrá salvarse?

Jesús los miró y les contestó: Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.

Pedro le dijo entonces: Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido. ¿Qué vamos a recibir?

Jesús les respondió: Les aseguro que cuando llegue el tiempo en que todo sea renovado, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. 29 Y todos los que por causa mía hayan dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o terrenos, recibirán cien veces más, y también recibirán la vida eterna. Pero muchos que ahora son los primeros, serán los últimos; y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros.

Escucha Señor nuestra oración

Padre,  muéstranos el camino para tener prioridades que sean de beneficio a los que tenemos cerca,   enséñanos a no tener miedo al dar, danos valor para pedir cuando sea necesario, Hoy reconocemos nuestra dependencia de Ti, sólo en Ti esperamos un mundo mejor, sólo  en Ti Jesús.Sólo en Ti. Amén

Augusto G. Milián 

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