La tragedia humana


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 I.               Leer Efesios 2: 1-10

 II.             ¿Qué veo cuándo me pongo delante de un espejo? vv.1-3.

 

a)              La descripción de la condición humana con que comienza el capítulo 2 es demoledora. Es comunitaria. Aquí Pablo no describe a un pueblo determinado, ni a una tribu que vive lejos ni está hablando de los que viven más allá de Fraga. No, Pablo habla de los hombres y mujeres en su conjunto. Y esta descripción, para los lectores de Romanos, les resulta muy familiar. De ello hablan los tres primeros capítulos. Pero que dice e realidad Pablo del ser humano: tres cosas preocupantes

b)             Estábamos muertos. Aquí no se trata de una imagen metafórica, aquí se habla de nuestra condición espiritual si estamos sin la compañía de Cristo. Y la muerta se expresa en dos actos relacionados con la justicia: los delitos y los pecados. Un delito, es dar un paso en falso, entrar a una propiedad ajena, desviarse del camino. El pecado, es no dar en el blanco, no alcanzar la medida. Por tanto aquí se está hablando de lo que hacemos en conciencia y lo que cometemos por ignorancia. Y ambos nos ponen delante de Dios como rebeldes y fracasados. Alejados de él. Muertos.

c)              Estábamos esclavizados. Esto es un recurso hebreo del comportamiento y carecemos de todo tipo de control. Por lo que escribe Pablo sabemos que detrás de la muerte está el pecado, ¿pero qué está detrás de la esclavitud? Más tarde Pablo responderá a esta pregunta haciendo mención a tres entidades: el mundo, la carne y el diablo. Estas son terminologías eclesiásticas. Son las influencias que nos someten, nos controlan y dirigen nuestra vida pre-cristiana. Cuando Pablo habla de mundo debemos comprenderlo como el seguir las corrientes de la época. Los valores, las tradiciones, los principios culturales y materialistas. La carne por su parte hace referencia al egoísmo, a la perdida del equilibrio. Por ejemplo, comer no es malo, en exceso es glotonería y enfermedad. Y por último hablar del diablo, es aceptar la fuerza impersonal que opera entre las personas produciendo maldad, error y violencia.

d)             Estábamos condenados. Esta es una des expresiones más duras que el cristianismo contemporáneo hace insostenible en sus declaraciones de fe. Y para ello Pablo hace mención de tres elementos: la ira de Dios, hijos de la ira y por naturaleza.

i.                                                                       Sobre la ira de Dios unos pequeños apuntes: Dios no se sale de sus casillas como lo hacemos nosotros. Dios sencillamente tiene una manera previsible de responder y es frente al mal. Muchos creyentes se siente incómodos con esta palabra colocada delante de otra: Dios, pero no tienen reparo en colocar gracia delante de Dios. Y se olvidan que son atributos de Dios y no está contrapuesta a su amor. ¿Doy gracias por la ira de Dios?

ii.                                                                     Sobre la expresión hijos de la ira. Esta nos podría recordar a unos niños malcriados, emocionalmente violentos, pro no nos guiemos por las apariencias. En realidad se refiere a personas de cualquier edad que han abrazado la desobediencia como estilo de vida y por tanto son esclavos de la cólera.

iii.                                                                   Nuestro último problema es con la cláusula adverbial por naturaleza. Recordemos la intención constante de Pablo de ponernos en la tesitura de comparar lo que éramos con lo que hemos llegado a ser. ¿Cree Pablo que por nuestro nacimiento estamos destinados a practicar el mal y alejados de Dios al ser descendientes de Adán? Las Escrituras hebreas y griegas nunca dirán lo contrario. ¿Es Pablo pesimista? No sabría que responder. Pero estas verdades no dicen toda la verdad sobre la humanidad. Ni la educación ni la legislación pueden rescatar al ser humano de su condición de injustos, de egoístas, de insolidarios, de su muerte espiritual, de su cautividad frente al mal. Es a los que están muertos que Dios envía un mensaje con buenas noticias. Es a los que están cautivos a quien ofrece libertad. Es a los que están condenados a quien se les ofrece perdón.

 III.          La realidad cambia cuando alguien menciona la conjunción pero…

 

a)              Lo que Dios ha hecho. Lo primero que se nos dice es que Dios nos ha salvado. Ver vv.5 y 8. Algunos comentaristas ven en los vv.4 al 10 una especie de himno a la salvación. Y para ello Dios nos ha dado vida con Cristo, nos ha resucitado y nos hizo sentar en los lugares altos. Esto es lo que decimos de Jesús cuando declaramos el Credo de los Apóstoles. Pero en realidad Pablo no está hablando de Cristo, está hablando de nosotros.

b)             Porque lo hizo. Pablo nos declara las motivaciones de la salvación. Y para ello hace uso de determinas palabras: misericordia, amor, gracia y bondad.

c)              v.10. Una afirmación positiva. La salvación no es algo que hemos conseguido nosotros con nuestro esfuerzo y sistematicidad. Es un logro suyo. Y esta afirmación está estrechamente vinculada con la acción de Dios en la Creación. Al ser creaturas, recreadas estamos en condiciones de repetir la acción de Dios en nuestra realidad. De esto se trata el v.10. las buenas obras.

d)             La porción del texto acaba como comienza con la acción humana. Si antes estábamos en delitos y pecados ahora estamos haciendo buenas obras. El contraste es tremendo. Son la descripción de dos estilos de vida. 

IV. Preguntas, dudas y apreciaciones

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