Planes


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Santiago 4: 13- 17

La carta de Santiago está escrita a quienes pertenecieron a las doce tribus de Israel

convertidos al cristianismo y esparcidos en ese entonces. Junto con las epístolas de

Pedro, Juan y la de Judas, forma parte de las llamadas epístolas universales, debido a

que no están dirigidas a ninguna comunidad específica.

La epístola de Santiago es probablemente la carta más antigua de todo el Nuevo

Testamento ,subrayo dos palabras: probablemente y carta. La evidencia sugiere que

fue escrita alrededor del año 60 d. C. La carta guarda un parentesco con la literatura

judía de sabiduría.

Una de las características de la epístola de Santiago son las lecciones prácticas que

presenta. Habla de cómo debemos ver las aflicciones que vienen a nuestra vida. Enseña

dónde debemos buscar sabiduría para nuestras vidas. Indica qué debemos hacer con la

Palabra de Dios: hay que obedecerla y no solo oírla. Señala cuáles son algunas de las

marcas de la verdadera religión.

¿Qué está sucediendo en estos versículos? Tenemos a unos hermanos en la fe

haciendo planes. Todos hacemos planes, de manera intuitiva o de manera profesional.

Planes a corto, mediano y largo plazo. Personales, familiares, colectivos. Desde lo que

haremos esta tarde, pasando por lo que haremos la semana que viene hasta lo que

haremos en 1 mes, 1 año, 10 años. Planificar es un buen hábito, una buena costumbre y

es necesario hacerlo. Los seres humanos, en general, podemos planificar invitando a

Dios formar parte de nuestros planes o no invitarle. Los cristianos, los creyentes, los que

sabemos de la existencia del Eterno y hemos abrazado su palabra NO DEBERIAMOS

olvidar que debemos hacer nuestro planes con DIOS.

v. 13 “¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y

estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;”.

¿Quiénes son ellos? Aparentemente son comerciantes. ¿Cómo lo sabemos? Por las

palabras que hablan de traficar (hacer transacciones) y ganar. Estos cristianos estaban

planificando su futuro: hoy y mañana iremos a tal ciudad. Y no solo eso: estaremos un

año residiendo allí, lo que implica planes para buscar una casa. Sin embargo, el escritor

nos presenta las siguientes ideas:

 

I. Una clara perspectiva de la vida,  v. 14 “cuando no sabéis lo que será mañana.

Esto quiere decir: Ustedes no son dueños del futuro. Ustedes no controlan lo que

sucederá mañana. Por tanto, no se jacten del mañana. Nos enseña que no somos los

dueños de la vida. Podrás planificar, pero no eres el dueño del tiempo venidero.

Nuestros planes deben ser trazados con inteligencia, pero también con humildad. Porque

vivimos en un mundo cambiante, en una sociedad compleja. Muchos factores escapan a

nuestro control.

No estamos exentos de sufrir aflicciones, contratiempos, inclusive no estamos exentos

de ser derribados por un golpe inesperado. No obstante, algunas veces lo olvidamos. Así

somos los seres humanos.

Para nuestros planes futuros debemos tener presente, una clara perspectiva de la

realidad y en segundo lugar…

 

II. Una clara perspectiva acerca de nosotros mismos

V. 14 “Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un

poco de tiempo, y luego se desvanece.” Nosotros NO somos dueños del mañana Y

tampoco somos dueños de nuestra vida.

Dos cosas nos dice Santiago acerca de nuestra vida. Una: nuestra vida es como neblina;

es algo frágil, es débil. Y dos: es de poca duración: “aparece por un poco de tiempo, y

luego se desvanece.  Job 7:7 “Acuérdate que mi vida es un soplo”. ¿Cuánto dura un

soplo? Varios segundos. Así es la vida. Nuestra vida es como aire que desaparece

rápido.

¿Cuántas personas conocemos que han muerto inesperadamente? No solo mueren los

mayores, sino los jóvenes, los niños, los bebés…   También resultará conveniente

evaluar nuestras fortalezas, debilidades y recursos antes de diseñar planes.

 Para nuestros planes futuros debemos tener presente, una perspectiva clara de la

realidad, una perspectiva clara de nosotros mismos y en tercer lugar…

 

III. Una perspectiva clara acerca de Dios.

v. 15 “En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos

esto o aquello.” Santiago nos dice que con respecto a los planes futuros Dios siempre

debe ser el primero con quien contemos. No debemos hacer planes sin contar con Dios.

Y para ello debemos tener una perspectiva clara de quién es Él y lo que Él hace en

nuestro favor.

 Dos cosas con respecto a Dios señala Santiago. Una: Él es el Dueño y Amo de nuestra

vida: “Si el Señor quiere, viviremos”. Dos: Nuestra vida se la debemos a Dios. Él es el

Dador de la Vida.

No hay excusa para no vivir así. v. 17 “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le

es pecado.” Aparentemente lo personajes del texto sabían que lo que Santiago les dice

es verdadero. Pero aun así vivían como si Dios no existiera. A lo cual Santiago les dice:

“ustedes saben esto, ustedes saben que esto es así, que así es como deben vivir.

Entonces, póngalo en obra”. Porque no es suficiente que conozcan la verdad, hay que

vivir la misma. De nada nos vale conocerla y no practicarla. ¿Por qué? Porque “al que

sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.”

 

Aplicaciones:

1. Planifiquemos siempre: en lo personal, en lo familiar y en lo congregacional. Todos

necesitamos hacer planes.

2. Estemos consciente de lo cambiante que es el mundo, la sociedad, la humanidad, la

vida.

3. Asumamos que la vida es breve y frágil.

4. Reconozcamos nuestras debilidades y fortalezas.

5. Hagamos uso de la FE y dependamos de Dios.

6. Transformemos los fracasos en lecciones y nuevas oportunidades.

7. Seamos humildes y generosos ante el éxito.

 

Rubén Fonseca Estrada. Iglesia Anglicana San Andrés. Zaragoza

 

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