Algo que no podrás comprar


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Pensando en voz alta

Si una cosa necesitaremos para echarnos al camino de la fe será el don de podernos mirar por dentro.

Pero nos han educado para ver y lo que precisamos en estos días es mirar. A veces no basta con ver lo que tenemos delante de nuestros ojos. De hecho eso es algo que hace mucha gente. Hay días que se requerirá algo más, cosa que hacen muy pocos, mirar y mirar bien. Incluso con una lupa. Y estar atentos para percibir con claridad  lo que acontece tanto dentro como fuera de nuestros corazones.

Durante estos dos años de Píldoras de fe nos hemos  tropezado varías veces con textos donde los discípulos habían hecho todo tipo de preguntas a Jesús. A veces para saber quien era. O para que les explicara lo que sus palabras encerraban. Y otras para entender el Reino que habría de venir. Pero hoy, en la porción de las Escrituras que escucharemos, las preguntas las hará Jesús. Y las preguntas serán muchas. Y las preguntas irán una detrás de otra. Sin pausas. Sin remilgos. Sin condescendencia.

La queja final de Jesús, a modo de postludio, será la falta de entendimiento por parte de los que se dicen sus seguidores. Ellos no logran atar cabos sobre quién es Jesús en realidad a pesar de que han sido participes de lo inesperado. De lo trascendente. De lo no común.  Ellos siguen esperando un futuro distinto, pero el futuro ya está entre ellos.

Ahora sabemos que el entendimiento es uno de los dones que nos ofrece el Espíritu Santo a ti y a mí. A la iglesia. Y nunca será algo que podamos comprar o ganar con nuestros esfuerzos cotidianos como si fuera una barra de pan. El entendimiento será el que nos permita dejar la oscuridad porque el día ha llegado.

Queridos oyentes: ¡Bienvenidos a la luz!

Lectura del evangelio de Marcos 8: 14-21

Los seguidores se olvidaron de llevar alimentos, no tenían más que un pan. Jesús les advirtió: ¡Tengan cuidado! Protéjanse de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.  Entonces empezaron a decir entre ellos que no tenían pan. Jesús sabía de lo que estaban hablando y les preguntó:¿Por qué dicen que no tienen pan? ¿Todavía no han entendido ni se han dado cuenta? ¿Son así de brutos? ¿Tienen ojos y no pueden ver? ¿Tienen oídos y no pueden oír? ¿Acaso no se acuerdan de los milagros? Cuando partí los cinco panes para alimentar a los cinco mil, ¿recuerdan cuántas canastas con pedazos de sobra recogieron? Doce—respondieron ellos.Y cuando partí los siete panes para los cuatro mil, ¿recuerdan cuántas canastas con pedazos de sobra recogieron? Siete, respondieron. Luego Jesús les dijo: ¿Y aun así no entienden?

A ti Señor levanto mi voz

Padre, estamos orando para que derrumbes los muros que encierran nuestra visión para ir y compartir las buenas noticias.  Nosotros creemos que Jesús es el Hijo de Dios, el Cordero que quita el pecado del mundo y que es en su compañía que podemos salir al camino. Pedimos que sea el Espíritu Santo en esta mañana quien ponga en nosotros el entendimiento y la esperanza. Y la paz. Sobre todo la paz. Amén.

Augusto G. Milián

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