No es NO


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hay que encender una luz en la oscuridad.

No me gusta decir que NO. Y es que NO es una palabra fea. Negativa. Limitante. Exclusiva. Al menos eso es lo que me ha mostrado la cultura en la cual vivimos. Y en la familia y en la iglesia se nos ha invitado por muchos años ha excluirla de nuestro vocabulario. Asi que me encuentro con mucha frecuencia a cristianos que no se dan permiso para decir alto y claro NO. Creyendo que ello es sinónimo de pecado o que si la dicen en voz fuerte serán reconocidos como menos espirituales. Pero hay muchas cosas que hemos aprendido mal.

En esta mañana compartimos un texto donde la propuesta de Jesús ante las circunstancias de la vida comienzan con un NO. Es un texto  para los discípulos. No para otras personas. El No de Jesús es un NO muy contracultural. Es todo lo contrario a lo que somos impulsados a hacer por nuestras emociones, a lo que fuimos moldeados por la familia, a lo que fuimos domesticados por las apariencias: NO paguemos con la misma moneda. NO seamos violentos de acciones ni de palabras. NO seamos como la mayoría de los hombres y las mujeres. Y NO es NO.

Todas las palabras que salen de nuestros labios son importantes. Como importantes son los SI y los NO. Todo lo que pedimos en nuestras oraciones habla sin tapujo de quienes somos, de nuestras limitaciones, de nuestras fortalezas. La mayoría de nosotros cuando oramos esperamos escuchar un SI de parte del Sr. Dios. Pero hay días que es un NO, perceptible es la única respuesta. Si, también el Sr. Dios nos dice NO a ti y a mí.

En el Sr. Dios que hemos creído, hay más sorpresas que tradiciones. Al Sr. Dios no le podemos escudriñar. No le podemos contener. No le podemos sujetar. Nosotros no sabemos hacia donde nos conduce el Sr. Dios la mayoría de los días. Sólo los acontecimientos de nuestra andadura nos dan un poco de luz. Muchos de nosotros sabemos porque estamos aquí y cuánto nos ha costado llegar a este día. Si, estamos aquí, a pesar de nuestras flaquezas y de nuestras fragilidades por la gracia de Dios. Por su misericordia. Por su amor.

Los discípulos debemos peder el miedo a ser siempre previsibles. Tenemos que aprender a decir NO. Tenemos que aprender a convivir con nuestras limitaciones porque son cotidianas. Como el pan. Hay que entrenarse en el arte de confiar. Porque la confianza es una señal de la fe en medio de nuestro tiempo. En medio de nuestras pérdidas.

Quizás en esta mañana no, pero vienen días donde podremos dar gracias porque hemos sido amados cuando nadie más nos amó. Porque tendremos la luz interior cuando muchos están a oscuras. Un día podremos volver a oír la voz del Sr. Dios. Y no tendremos miedo.

Queridos hermanos y hermanas. NO es NO.

Lectura del evangelio de Mateo 5,38-42

Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.  Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Si alguien te pone pleito para quitarte la camisa, déjale también la capa.  Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, llévasela dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda.

¿Quién escuchará nuestra oración?

Padre que estás en el cielo: Te damos gracias porque hoy al leer las Escrituras encontramos lo que tú deseas que creamos y la manera en que quieres que vivamos. Ilumina nuestras mentes con tu mensaje divino y capacítanos para ponerlo en práctica; que tu mensaje llegue hasta lo más profundo de nosotros; que penetre cualquier ropaje de conformidad y de acomodamiento y nos haga sensibles a tu llamado. Aquí estamos Espíritu Santo; bendícenos porque nosotros solos no podemos seguir. Y háblanos porque estamos a oscuras. Y fortalece nuestra fe porque andamos sin fuerzas. Jesús tu nos inspiras hoy y siempre. Amén ///

Augusto G. Milián

 

 

 

 

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