Vivir con las consecuencias de las malas decisiones


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

I.      Lectura de Génesis 13, 7-17

II. Caso 1 Siquén.

 a.     Cuando Abraham llega a la tierra que el Sr. Dios le ha designado, la primera ciudad que se nombra es Siquén podemos notar ciertos señalamientos desde el texto bíblico de lo que está en juego en torno a la tierra.

b.    Es en esta geografía donde se desarrolla un incidente dramático después del Dina, hija de Jacob por parte del hijo del príncipe del país. Ver Gn. 33.  Una vez que han llevado astutamente a los hombres de la ciudad a hacerse circuncidar, los hermanos de Dina los masacran por el daño al honor de Jacob. El problema de la tierra y el honor, que siempre recae sobre la mujer irán aparejados en toda la historia del Antiguo Testamento.

c.     Más tarde, Jacob envía a José a Siquén en busca de sus hermanos. Ver Gn. 37. Pero José nunca puede regresar a la casa paterna. Es vendido por sus hermanos a unos comerciantes y llevado a Egipto. El relato bíblico mete el dedo en la llaga más profundamente, más tarde nos relatará, que cuando los hebreos salen de Egipto llevan consigo los huesos de José y le dan sepultura en Siquén. Ver Josué 24,32.

d.    Es precisamente en Siquén donde se establece la alianza de los hebreos que entran en la tierra prometida bajo el liderazgo de Josué. La alianza anterior era la que sus padres habían establecido con el Sr. Dios en el Sinaí, pero estos mueren en el desierto. El compromiso de Siquén es sencillo: También nosotros serviremos al Señor, pues el es nuestro Dios. Ver Josué 24,18.

e.     Es también en Siquén donde Abimelec, el hijo de Gedeón, se convierte en el primer rey de Israel. Ver Jueces 9. Pero es un período de violencia y tiranía que no presagia nada bueno para Israel.

f.      Es en Siquén donde se enfrentan Jeroboán y Roboán, heredero de Salomón, y donde se origina la división del reino en dos: Israel al norte y Judá al sur. Ver 1 Rey. 12. Asi que a pesar de que Siquén es la entrada a la tierra prometida es también la representación de la decadencia que nos llevará al exilio.

g.    Los cristianos sabemos algo más. Es en los alrededores de Siquén donde Jesús se encuentra con una mujer samaritana. Ver Juan 4.

III. Caso 2. La mala elección.

 a.     A su vuelta de Egipto, a donde le ha llevado el hambre, después de los conflictos entre sus pastores Abraham decide repartir la tierra entre él y su sobrino Lot. Ver Gn. 13. Pero Abraham se mostrará magnánimo y dejará que sea Lot quien escoja. Lot opta por la llanura del Jordán. En el capítulo 13, versículo 10 leemos que estaba regada por todas partes y era como el jardín del Señor, como el país de Egipto. Pero es también el lugar donde están las ciudades de Sodoma y Gomorra.

b.    El comportamiento de Abraham nos avisa de uno de los temas constantes de los relatos patriarcales: las consecuencias de asumir la libertad y los riesgos que ella puede producir. En este caso será con la tierra.

c.     Lejos del mandato de divino de tomar posesión de la tierra Abraham, por generosidad o desinterés, corre el riesgo de permitir que sea su sobrino quien se apropie de la tierra que le han prometido a él. Los lectores contemporáneos ven aquí una muestra de cómo el Sr. Dios conduce la historia y son los hombres y las mujeres quienes hacen muestra de su libertad.

IV. ¿De que país estamos hablando?

a.     Es en Gn. 15 donde la tierra prometida tiene sus fronteras más amplias. Pero Abraham está afligido porque no tiene descendencia. Y el Sr. Dios le promete un heredero y una descendencia muy numerosa como las estrellas en el cielo.

b.    Miremos la promesa que le hace el Sr. Dios a Abraham sobre las fronteras. Leemos Gn.15,18-21. Aquí se habla desde el río de Egipto hasta el otro gran río, el Éufrates. Una tierra que ahora es poseída en sus márgenes por dos grandes imperios: Egipto y Mesopotamia. Pero la tierra prometida no es una tierra vacía de habitantes. No. Hay siete naciones viviendo en ella. Y son enumeradas.

c.     Pero para los lectores del Pentateuco es posible que muestren una confusión sobre el concepto de la tierra y sus fronteras. Es con Moisés, en el libro de Números, ver Nú. 34, 1-15, donde se nos ofrece otros linderos de la tierra que han de habitar: entre el Mediterráneo y el Jordán. Esta será la tierra que verá Moisés antes de morir desde la distancia.

d.    Pero en Josué la tierra a ocupar adquiere otras fronteras. Ver Josué 1, 3-4. Desde el sur al norte, desde el desierto subiendo hasta el Líbano a hacia el este desde el río Éufrates hasta el Mediterráneo, del este al oeste.

e.     Pero nosotros sabemos que las fronteras nunca fueron una pared inamovible. En determinados períodos de la historia las fronteras variaron. Siendo Salomón rey, las fronteras se extendieron más allá del Jordán hacia el este. Ver 1 Re. 4.Durante el dominio persa, la provincia de Judá eran los alrededores de Jerusalén. Ver Neh. 11, 25-35. Hay una tendencia entre los estudiosos del texto bíblico en cuanto a la referencia de las fronteras extensas de Israel y la necesidad de hacer una lectura de los tiempos escatológicos. La inspiración les viene de Isaías 19, 23-24.

V. Dudas, preguntas, inquietudes, opiniones, etc.

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pocas cosas cura el silencio

Una corta oración

María, madre de Jesucristo, como testigo del amor. Una perspectiva protestante en el diálogo ecuménico