¿Y si la Sabiduria fuera una persona?


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

I. Leer Proverbios 8, 1-17

 II. El significado de la Sabiduría en el Antiguo Testamento. Una introducción.

 a.     Hay textos del AT que nos ayudan o predisponen a leer los evangelios mejor que los demás y nos propician una reflexión cristiana. Pro. 8 es semejante a la revelación que hace Dios a los hombres y a las mujeres y se nos presenta como la presencia divina entre nosotros y en nosotros mismos.

b.    ¿Qué es la Sabiduría? En realidad no se nos dice con claridad. Pero se le identifica con la Prudencia, con la comprensión profunda de la realidad, pero seguimos sin saber a ciencia cierta de que se trata. Generalmente hemos asumido que se trata de una mujer. La lengua hebrea permite darle a la Sabiduría un rostro de mujer por la sencilla razón de que es un sustantivo femenino.

c.     Pero en el capítulo que nos hemos detenido hoy, es la propia Sabiduría quien toma la iniciativa del discurso. Se trata sin duda de un discurso, no de un diálogo con algún conocido. Se trata de una arenga pronunciada de pie y en voz alta. Y a las puerta de la ciudad.

d.    Quizás podamos sacar ahora una idea primaria. La Sabiduría no se dirige a ningún grupo selecto de especialistas o funcionarios. No pronuncia un sermón en el templo Tampoco está en una escuela. No, está en un lugar público y habla a los hombres que le quieran escuchar.

 III. La sabiduría te llama. Vv.4-11

 a.     La Sabiduría quiere establecer una relación con su auditorio. Y lo hace mediante términos exhortativos: aprended, adquirid, escuchad. ¿Pero que espera que atesoremos la Sabiduría? Juicio, sinceridad, justicia, entendimiento, comprensión, experiencia.

b.    El texto hebreo hace más referencia al corazón que al cerebro, porque dentro de la antropología bíblica es allí donde se toman las decisiones y se discierne.

c.     Esta Sabiduría aborrece el mal. Nosotros debemos presuponer que también abarca el orden moral y religioso. Pero esta palabra aborrecer rompe un poco con la línea de la literatura sapiencial, está más bien vinculada  con los textos de Deuteronomio donde se establece la relación de Dios con los justos y los injustos. Ver por ejemplo. Dt.32, 4-5, Prov. 11,20 y 12,22.

 IV. Yo, la sabiduría. 12-21

 a.     Se nos aclara algo de la identidad de la Sabiduría. ¿Y cómo lo hace? Pues describiéndose a sí misma como Sabiduría. Es la primera vez que apreci   e en el discurso, pero no aparecerá más.

b.    Pero, ¿qué sabemos realmente de ella? Pues que es una especie de consejero juicioso y moralmente integro. Pero que pone en práctica algunas cualidades envidiables como son: reflexiva, prudencia, sagacidad, acierto y valor.

c.     Para los lectores de Isaías, sobre todo en el capítulo 11 y versículo 2, estas cualidades son más propias del Espíritu del Señor que se posará sobre el vástago de Jesé

 

Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor.

 

d.    Quizás el texto nos está sugiriendo un parentesco entre la Sabiduría y el Espíritu.

e.     La Sabiduría ha ocupado sitios de poder. Cuando un gobierno es acertado se lo deben a ella. Esto es un poco extraño, pues si anteriormente entendimos que ella habla a la gente vulgar ahora se está jactando ante los poderosos del mundo.

f.      En realidad la Sabiduría enumera esas autoridades: los reyes, los príncipes, los gobernantes, los nobles.

g.    Entre los vv.17-21 nos encontramos un una palabra que parece fuera de lugar, amar. Pero aquí se describe como una bendición que trae consigo la Sabiduría. Yo amo a los que me aman. No encontraremos  tal cosa en el resto de la Escritura. Pero Prov. 8 establece una especie de interrelación amorosa entre la Sabiduría y sus fieles. Ella no negará a los que la buscan. Pero hay una condición: hay que amar a la Sabiduría con un amor sincero y fiel. V.21. Como si de un marido que ama a su esposa se tratase.

    V. Preguntas, dudas, opiniones, etc

 

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