¿Y tú de que tienes hambre?


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

I.Lectura de Mateo 5, 6

II.¿Qué es lo que canta María cuando recibe la visita del arcángel?

 a.     El Magnificat, canto que entona María tras el anuncio de que será madre dice entre otras cosas que el espiritualmente pobre y el que espiritualmente tiene hambre ya habían sido saciados y habían sido declarados benditos. Ver Salmo 107,9

b.    Esta es una certeza antigua, a los hambrientos Dios colmó de bienes y a los ricos los envió vacios. Ver Lucas 1,53. pero este principio generalizador de la acción del Sr. Dios, ahora en esta bienaventuranza se particulariza. Los hambrientos y sedientos que son satisfechos ahora son los que tienen hambre y sed de justicia.

c.     Se esperaba que el pueblo tuviese hambre espiritual y no tanto material. Asi que se espera que los creyentes no estén tan preocupados, como los gentiles, en la búsqueda de posesiones. Es a ellos a quien se les orienta que busquen primero el reino de Dios y su justicia. Ver Mateo 6,33.

d.    Cuando en las Escrituras de habla de justicia nosotros debemos tener en mente tres aspectos: la legal, la moral y la social.

 III. ¿De qué justicia se espera que se tenga hambre y sed?

 a.     Cuando hablamos de justicia legal estamos hablando de justificación. O sea, una relación correcta con el Sr. Dios. Una de las críticas que hace Pablo al judaísmo es que va tras la justicia de Dios, pero lo hace por caminos errados. Porque en realidad lo que buscaban era su propia justicia  y no estaban sujetos a la de Dios, representada en Jesús. Ver Romanos 9,30-10,4.

b.    Cuando nos referimos a la justicia moral estamos hablando del carácter y conducta que son del agrado del Sr. Dios, contraría la justicia de los fariseos. La primera es interna, la segunda externa y notificada por normas.

c.     Pero la palabra justicia no sólo tiene sentido en tener una buena relación con el S. Dios. No sólo es un asunto privado y personal. Sino que también es social. De ella hablan los profetas cuando le echan en cara a Israel que se han olvidado de los derechos de los desposeídos, que han mirado hacia otro lado cuando han pasado frente a la opresión de los más débiles, cuando no han sido íntegros ante las relaciones comerciales.

d.    Es interesante como los reformadores del s. XVI, hacen un llamamiento en contra del cristianismo que busca la justicia en los desiertos y las soledades sin ofrecer las manos y el corazón a los necesitados.

 IV. Cuerpo sano, espíritu sano.

 a.     Al que quiera progresar en la vida espiritual requerirá un apetito espiritual saludable. Y a tales individuos va dirigida la promesa de que serán saciados. Ver Apocalipsis 7, 16-17.

b.    Generalmente asociamos el crecimiento en muchas áreas con el apetito. Un niño bien alimentado crece. Un niño mal alimentado será débil. Enfermizo. En el ámbito espiritual pasa algo parecido. El poco crecimiento está relacionado muy estrechamente con la alimentación.

c.     Pero no conocemos a nadie que deje de comer, a no ser casos extremos de enfermedad. El hambre nunca está saciada. La sed tampoco. Después de alimentarnos nos sentimos llenos, pero unas horas después regresa. De esto hablaba Jesús con la samaritana junto al pozo. Ver Juan 4, 1-39.

d.    Pero esto un día cambiará. El día que el bien triunfe sobre el mal. Cuando hayan cielos nuevos y una nueva tierra, entonces la justicia habitará. Esta es parte de la esperanza cristiana.

 V. Recapitulación.

 a.     Hemos tratado las primeras cuatro bienaventuranzas que nos revelan cierto progreso espiritual en los creyentes. El primero llevará al siguiente y así sucesivamente. La pobreza espiritual nos hace llorar y este llanto nos torna mansos. Sólo los mansos tienen hambre y sed de justicia. ¿Qué sentido tendría confesar nuestros pecados y llorar por ellos y quedarnos en ello? Reconocer nuestras injusticias nos ha de llevar a buscar la justicia de Dios.

b.    En las próximas bienaventuranzas el movimiento será otro. Si hemos estado buscando al Sr. Dios anteriormente, ahora buscaremos al prójimo. Miráremos de nuestras relaciones con los demás. 

VI. Opiniones, preguntas, dudas, etc

 

 

 

 

 

 

 

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