Un espacio de solidaridad
Mateo 15; 21-28 Hoy quiero compartir un mensaje de esperanza con la iglesia. Un mensaje que tiene que ver con este tiempo de Adviento que estamos viviendo al menos los domingos entre nosotros, aunque afuera de estas cuatro paredes afuera los comerciantes nos digan que ya es la Navidad. Quiero partir de una sentencia universal: siempre queremos lo mejor para las personas que amamos. Siempre estamos dispuestos a mover cielo y tierra para encontrar lo que cure a quienes ocupan nuestro corazón. La lectura de Mateo en esta mañana trata de eso. Una mujer busca ayuda para su hija. Su hija está endemoniada. En la Palestina del s.I, donde ocurre nuestra historia, era común considerar ciertas enfermedades como el resultado de una posesión demoniaca. ¿Recuerdan al hombre que vivia desnudo en el cementerio? Hoy las tratamos como enfermedades psicosomáticas que tienen una dimensión individual y una repercusión colectiva. En la cultura popular de Israel y d...