Alzar nuestra voz al viento
Hay que encender una luz en la oscuridad . En nuestra cultura todas las persecuciones y pérdida son observadas como una tragedia. Como una maldición. Como una desgracia. Y esto es algo que aprendimos desde pequeño. Si, en nuestras familias y nuestras iglesias las pérdidas y el sufrimiento no son bienvenidas. Con los años hemos aprendido que todos sufrimos pérdidas, pero que no podemos quedar abrazados a ellas como si fueran un talismán. Hay que crecer incluso en los días que vivimos. A los que me pueden escuchar cerca, a los que me escuchan en la distancia: la vida cristiana se vive con entendimiento y con esperanza. No repitiendo viejas credos. Ni creyendo que por ser víctimas vamos por la senda estrecha. El Sr. Dios nos ha creado con una triada de facultades: nos dio la mente, nos dio la voluntad y nos dio las emociones. Y de esas tres es la mente el motor, qu...