El sol calienta aunque haga invierno
Pensando en voz alta La gratitud es indispensable para vivir en esta tierra de flores y de espinos. Algunas personas la practican. Otras personas la han olvidado y van cargando con muchas tristezas por los caminos. Los discípulos han ido descubriendo, día tras día, que Jesús prefiere pasar algunos momentos solo. Orando, mientras ellos duermen. También saben que es una persona alegre. Susceptible al Espíritu del Sr. Dios. Alguien que no cierra sus labios cuando hay que decir: gracias. Los discípulos han aprendido con los días que ser agradecidos va unido a la visión de ver la vida, y todo lo que en ella acontece, como un regalo. Como una dadiva que cruza los cielos y llega a nosotros. Pero no todos los discípulos están dispuestos a imitar al maestro. Algunos optan por la autosuficiencia. Por no pedir ayuda. Por no mostrar ningún vestigio...