Una fe indomable
Pensando en voz alta En nuestro mundo las buenas noticias tardan en llegar. Pero las noticias amargas, las más crudas, siempre llegan pronto. Son veloces. Son raudas. Es como si existiera la secreta intención de llenarlo todo de tristeza. De pretender que vivamos en una constante trinchera. Nuestra cultura tiene predilección por las malas noticias. Son ellas las que abren los informativos de la tarde. Son ellas las que nos hacen estar con los ojos abiertos y aún así no ver lo que acontece a nuestro alrededor. Pero los cristianos han de ser contraculturales. No han dejarse domesticar. Han de ser indomables. A los discípulos les gusta celebrar la vida. Les gustan las fiestas y los jolgorios. Pero en esta tierra también hay muertes y hay lágrimas. Asi que la vida de los todos los hombres y mujeres, sean creyentes o no, transcurre entre la alegría por un nacimiento y el duelo por una pérdida. Pero entre el venir al mundo y abandonarlo hay un pequeño acto que lo puede cambiar to...