El cielo sigue siendo azul
Pensando en voz alta La peor enfermedad que tú y yo podemos padecer es darnos por vencidos. Negarnos a luchar. Contentarnos con la situación que nos rodea. Conformarnos con esa pregunta que siempre toca a nuestra mente y a nuestro corazón: ¿Qué habré hecho para merecerme esto? Esta es de esas preguntas que no contiene un ápice de esperanza. Que nos empujan a quedarnos quietos. Inmóviles. Esta es una pregunta desposeída de gracia. Una pregunta que no espera ya nada nuevo bajo el sol. Sabemos que en medio de la enfermedad es muy difícil ver el sol. Y es que las enfermedades nos vuelven ciegos. Sólo podemos experimentar las nubes grises sobre nuestras cabezas. En realidad en medio de la enfermedad casi nunca miramos hacia arriba. Y es que a veces el dolor y la pena nos impiden levantar la cabeza. Pero es en esta situación que alguien nos ve. A v...